“Si no interviene el Gobierno ni hay ayuda para minoristas, muchas tiendas no aguantarán”, advierte un representante empresarial.
Por Leticia Miranda – NBC News
Después de ocho meses de una devastadora pandemia que, además de miles de vidas perdidas, ha provocado que incontables tiendas estén al borde de la bancarrota, los comerciantes tienen sus esperanzas puestas ahora en que la futura Administración de Joe Biden les provea alivio.
Más de 97,000 negocios han cerrado de manera permanente en Estados Unidos durante la pandemia, según estimados de Yelp, conforme los estados y condados han establecido planes de salud pública que involucran restricciones a la operación o a los accesos a tiendas en espacios cerrados.
Incluso las tiendas con más capital disponible, como Kohl’s, L Brands (la matriz de Victoria’s Secret y Bath & Body Works) o PVH (matriz de Calvin Klein y Tommy Hilfiger), han reducido su personal y han cerrado permanentemente algunas de sus tiendas.
Ahora, con dos vacunas en el horizonte, los minoristas buscan prepararse para la lenta salida de la pandemia a la vez que esperan ver qué hace un nuevo líder en la Casa Blanca, que se enfrentará a una difícil relación comercial con China y a una economía golpeada que fácilmente pudiera caer en una recesión más profunda.
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“Las reacciones que veamos de los consumidores y los minoristas en los próximos meses dependerán de qué tanto se logra controlar el virus, pues los esfuerzos para mitigar los contagios tendrán repercusiones en cómo les va a los negocios en los próximos meses”, dijo Paul Lejuez, director interino en Citigroup Global Markets.
“Hay que mantener los dedos cruzados, pero sí parece que los siguientes meses serán todavía difíciles”, agregó.
El presidente electo, Joe Biden, sugirió lo mismo el lunes, cuando advirtió sobre un “duro invierno” conforme la pandemia resurge en todo el país e indicó que “la situación va a ser mucho más difícil antes de por fin facilitarse”.
Biden ha exhortado al Congreso a que apruebe una medida de estímulo monetario de manera inmediata, con lo que se pudiera impulsar el consumo y con ello ayudar a pequeños negocios a sobrellevar la pandemia hasta que una posible vacuna esté disponible.
En octubre las ventas de minoristas bajaron, al caer también las mejoras en contrataciones y cuando esos negocios ya se habían agotado los cheques del Programa de Protección de Nómina (PPP, por su sigla en inglés) sin que avancen en el Congreso las negociaciones para un paquete de estímulo.
“Si no interviene el Gobierno ni hay ayuda con un estímulo para minoristas, muchas tiendas no aguantarán el invierno”, advirtió Elliot Richardson, cofundador y presidente del Small Business Advocacy Council (consejo de promoción de pequeños negocios).
“Eso va a impactar en los trabajos y hará que más negocios fracasen”, agregó.
El nuevo coronavirus ha empeorado la brecha entre las tiendas minoristas de más dinero, financiadas por sus cotizaciones en Wall Street, y las miles de personas que tienen pequeños negocios que han tenido que usar sus ahorros personales para seguir pagando renta y mantener abiertas sus puertas.
Negocios más grandes como Amazon –el precio de sus acciones ha aumentado casi 100% desde que empezó la pandemia–, Target o Walmart se han beneficiado de que los consumidores recurrieran más a las compras en línea en vez de a ir a la tienda física por temor al contagio.
Sin embargo, no todos los minoristas tenían los recursos para convertirse en negocios en línea, dijo Holly Wade, directora ejecutiva de investigación para la Federación Nacional de Empresas Independientes.
“Para muchos minoristas el principal reto es el de mover sus operaciones o ajustarlas para responder a ese cambio en el consumo de los clientes”, dijo Wade. “No es un reto dependiente del Gobierno, pero uno más que necesitan atender durante la crisis sanitaria”, agregó.
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Los cierres de negocios impuestos para atajar las infecciones, junto con la mayor competencia de las grandes empresas con fuerte presencia en internet, han destruido tanto a los pequeños negocios como a las tiendas físicas de marcas relativamente conocidas.
Wade comentó que alrededor del 20% de los dueños de pequeñas empresas dicen que no podrán seguir abiertos por más de seis meses si la situación sigue, debido a la crisis económica.
Coresight Research, una empresa que recopila datos sobre minoristas y el sector tecnológico, estima que hasta 25,000 tiendas más tendrían que cerrar para finales de 2020 debido a las crisis del nuevo coronavirus.
“El COVID-19 ha creado una situación sin precedentes por los varios cierres de tiendas, las consideraciones que deben hacerse para temas de salud y seguridad, y las alteraciones tan fuertes respecto a cómo hacemos nuestras compras”, dijo Marco Gobbetti, director de la marca Burberry, en una llamada con analistas a mediados de noviembre.
Como resultado de las tiendas que han cerrado sus cortinas y de que hay menos turistas, las ventas de esa empresa de bienes de lujo cayeron; en el trimestre pasado las ventas fueron de -6%, una mejora del periodo anterior cuando fueron de -45%.
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Para lidiar con la economía decaída, la Administración de Donald Trump impulsó un paquete de estímulo de dos billones de dólares que incluía el paquete de préstamos a pequeños negocios PPP, de 659,000 millones de dólares en total, pensado para cubrir los sueldos de mantener las contrataciones.
Sin embargo, el PPP (por Paycheck Protecion Program, en inglés) estuvo rodeado de polémica pues celebridades, compañías enormes y asociados de Trump recibieron miles de dólares como apoyo financiero mientras que tiendas de personas normales –y especialmente las gerenciadas por personas negras, latinas o asiáticas– siguieron sufriendo.
Tanto republicanos como demócratas en el Congreso se han rehusado a ceder para tener una propuesta coherente para un paquete de alivio; el director ejecutivo del banco JPMorgan Chase incluso acusó a todos los políticos de “comportarse como niños malcriados”.
Sin que haya un paquete disponible, millones de estadounidenses que dependen de los cheques por desempleo están cerca de caer por la barranca financiera en diciembre, cuando se terminen los alivios actuales.
Mientras, siguen disparándose los números de contagios de coronavirus en todo el país y las muertes de personas infectadas por el virus SARS-CoV2 han crecido en 42%, según un análisis de NBC News de los datos públicos.
La incertidumbre en torno a qué pasará con el virus en las siguientes semanas también ha aumentado por las tensiones entre Trump y la futura Administración de Biden.
Más de 20 de los directores ejecutivos de las principales empresas del país se reunieron este noviembre para un encuentro de emergencia en el que discutieron qué harían si Trump se rehúsa a dejar la Casa Blanca o intenta aferrarse al poder.
Y aunque la temporada navideña normalmente genera muchas ventas para tiendas minoristas este año muchas se enfrentan a graves desafíos dado que prácticamente nadie está viajando, que en varios estados es posible que se impongan nuevos cierres y que muchos consumidores de por sí tienen sus tarjetas sobregiradas y sus billeteras se adelgazan con el paso de los días.
“La situación es muy incierta al corto plazo”, indicó a inversores este mes Joanne Crevoiserat, directora ejecutiva de Tapestry Inc., la empresa matriz de Coach y Kate Spade. “Nos estamos concentrando en seguir cerca de los consumidores e intentar controlar lo poco que sí podamos controlar”, agregó.
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