Washington, 19 mar (EFE News).- Dos leyes de inmigración aprobadas ayer por la Cámara de Representantes encaran ahora “obstáculos significativos” y un futuro incierto en el Senado, donde los demócratas no cuentan con la mayoría necesaria, indicaron expertos este viernes.
“Esta legislación tiene obstáculos significativos en el Senado porque se necesitan votos republicanos para aprobarlas”, dijo a Efe Doris Meissner, del Instituto de Política Migratoria y quien fuera directora del Servicio de Inmigración y Naturalización entre 1993 y 2000.
La legislación busca regularizar a cerca de cuatro millones de indocumentados, en su mayoría jóvenes conocidos como “soñadores” (beneficiarios del programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, DACA) y trabajadores agrícolas.
La Ley de Sueño y Promesa Estadounidense recibió 228 votos en favor, incluidos los de nueve republicanos, y 197 en contra, en tanto que la Ley de Modernización de la Fuerza Laboral Agrícola tuvo 247 votos en favor, incluidos los de 30 republicanos, y 174 en contra.
La aprobación atrajo declaraciones celebratorias de quienes abogan por los inmigrantes, incluida la Conferencia de Obispos Católicos, y estos grupos presionan ahora a los demócratas, que tienen 50 senadores, para que recurran a una maniobra legislativa que haría innecesaria una mayoría de 60 votos para la aprobación en la Cámara Alta.
El presidente Joe Biden ha prometido una política migratoria “justa y humanitaria” y ha propuesto un mecanismo para la legalización de unos 11 millones de indocumentados, pero su Gobierno busca la cooperación de los republicanos en otras áreas como la infraestructura y la reactivación económica.
El senador Bob Menéndez, demócrata de Nueva Jersey y encargado de liderar el esfuerzo en la Cámara Alta, indicó que no está listo para empujar la legislación antes de que haya negociaciones con los republicanos para conseguir una mayoría bipartidista.
El intento de regularización coincide con un incremento en la llegada de decenas de miles de menores de edad no acompañados y familias migrantes a la frontera sur, lo que ha servido de pretexto a gran parte de la oposición republicana para rechazar los proyectos.
“Hay republicanos que apoyan a los soñadores”, dijo Meissner en referencia a más de 700.000 inmigrantes traídos al país cuando eran menores de edad y amparados desde 2012 por una postergación temporal de sus deportaciones. “Esa ley tiene las mejores probabilidades de éxito”.
“Sin embargo, no es probable que alguna de estas leyes sea considerada (en el Senado) hasta que merme la llegada de gran número de centroamericanos a la frontera, y los legisladores y la opinión pública vean que el Gobierno de (el presidente Joe) Biden es capaz de restablecer el control en la frontera” añadió.
Después de que la Cámara de Representantes aprobara la ley que beneficiaría a los trabajadores agrícolas, el senador demócrata Michael Bennet, de Colorado, y el senador republicano Mike Crapo, de Idaho, anunciaron que presentarán un proyecto similar en la Cámara Alta, lo cual indica cierto grado de apoyo republicano para esta legislación.
Jorge Loweree, director del Consejo Estadounidense de Inmigración, se mostró un poco más optimista sobre el futuro de la legislación ya que “hay ahora en Estados Unidos más apoyo que nunca antes para los inmigrantes y la inmigración”.
“La aprobación de dos leyes de inmigración en la Cámara Baja tan temprano en esta nueva legislatura es una victoria histórica y creará presión significativa sobre el Senado para crear, finalmente, protecciones permanentes para los millones de inmigrantes que han vivido en las sombras por tanto tiempo”, añadió Loweree.
Jessica Bolter, colega de Meissner en el instituto de Política Migratoria, aseveró que “será más difícil la aprobación de estas leyes en el Senado que en la Cámara (de Representantes)”. Sostuvo que, “para lograrlo, ambas leyes necesitarían los votos de los 50 senadores demócratas y 10 republicanos”.
“Hemos visto más apoyo bipartidista para la Ley de Modernización de la Mano de Obra Agrícola” que para la que beneficiaría a los “soñadores” y los beneficiarios del programa Estatus de Protección Personal (TPS), señaló.
“Esa legislación crearía un programa de legalización para una población limitada, y haría obligatorio un aumento de la aplicación de las leyes de inmigración”, agregó. “Este es el tipo de balance en la legislación donde la legalización y la aplicación de la ley están proporcionados una a la otra”.
“Mientras que hay un reconocimiento en ambos partidos de que los trabajadores agrícolas desempeñan labores esenciales, especialmente durante la pandemia, la ley para los soñadores tiene menos probabilidades en el Senado porque no incluye medidas policiales”, puntualizó.
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