La mayoría de nosotros no lo pensamos dos veces antes de tomar un analgésico no recetado para aliviar un dolor de cabeza o las molestias que pueden seguir a un partido de tenis, pero hay cada vez más pruebas que señalan que los analgésicos utilizados comúnmente, como el Advil, pueden provocar ataques cardíacos o derrames cerebrales en algunas personas.
Estos medicamentos antiinflamatorios sin esteroides (NSAID), un grupo variado que también incluye al Motrin y variedades de fármacos recetados como el Celebrex y el Voltaren, se han usado por décadas.
Actualmente, hay pruebas sólidas de que muchas de ellas aumentan el riesgo de problemas cardíacos, señala Elliott Antman, médico cardiólogo y profesor de la Harvard Medical School.
Varios estudios recientes subrayan la creciente concientización sobre este problema.
Según un trabajo publicado en mayo pasado en Circulation, la revista de la American Heart Association, el equipo halló ataques cardíacos y derrames cerebrales entre los que tomaban los NSAID, con excepción de los que tomaban naproxeno (Aleve), después de apenas una semana. El año pasado, investigadores informaron que los fármacos antiinflamatorios sin esteroides aumentan el riesgo general de ataques cardíacos, aun en personas aparentemente sanas. También se han asociado los analgésicos con hemorragias estomacales e insuficiencia renal.
A pesar de que muchos médicos aprueban el uso de los analgésicos comunes por períodos breves cuando no hay otras alternativas para calmar el dolor, los autores del estudio determinaron que no existe un período de tiempo que sea seguro para tomar los NSAID.
Investigadores estadounidenses y daneses informaron en el British Medical Journal que los usuarios nuevos de los fármacos antiinflamatorios sin esteroides aumentaban los riesgos de sufrir una peligrosa arritmia cardíaca llamada fibrilación auricular. Y el riesgo era aún mayor entre los pacientes de edad, las personas que tomaban celecoxib (Celebrex) y las que padecían problemas renales crónicos.
En la Facultad de Medicina de la University of Florida, los médicos que habían estudiado los antecedentes de pacientes mayores inscritos en un ensayo clínico de fármacos para la presión sanguínea hallaron que los que habían tomado NSAID en forma habitual por un largo período enfrentaban una mayor probabilidad de muerte, ataque cardíaco o derrame cerebral (casi un 50%).
Los hallazgos, publicados de American Journal of Medicine, sugieren que los médicos deberían considerar los peligros de estas medicaciones cuidadosamente, señala Anthony Bavry, el médico cardiólogo que dirigió el estudio. Bavry recomienda el acetaminofeno (como el Tylenol) a sus pacientes, ya que podría presentar un riesgo mucho menor de complicaciones cardíacas que otros NSAID. “Muchos pacientes cambian después de que comprenden el riesgo que implican estos agentes”, afirma.
Estos estudios se enfocan principalmente en pacientes mayores con síntomas de cardiopatías, pero el riesgo se extiende a las personas mayores en general, señala Antman, quien también es editor en Circulation.
De todos modos, muchos pacientes no registran este peligro, que es muy real. “El hecho de que algo esté disponible sin receta no significa que su uso sea completamente seguro”, sostiene.
Muchas veces, las personas comienzan a tomar estas medicaciones para aliviar un dolor causado por un problema temporal. “El paciente se siente mejor y asume que debe seguir tomando esa medicación”, señala Antman. “Es muy importante interrumpir este ciclo”.
Los médicos que no pueden encontrar otra manera de controlar los síntomas de dolor de sus pacientes deberían proceder con precaución, aconseja Antman. “El mensaje principal es que hay que tomar los NSAID que estén asociados con el menor riesgo, en la dosis más pequeña, por el menor tiempo necesario para aliviar el dolor”.
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