Querida Doctora Consejos:
Quiero responder al problema del caso de la hija que tiene un papa alcohólico.
Yo también tuve un papa alcohólico y gracias a Dios que él ha buscado ayuda.
El empezó a beber cuando apenas tenía 14 años, ahora tiene 47 años. Yo tengo 18 años, pero recuerdo cuando llegaba del trabajo tomado y nos maltrataba mucho.
Hemos pasado por una situación difícil. Yo no he podido empezar la universidad porque mi papá está en un centro de rehabilitación.
Se está desintoxicando y le doy gracias a Dios que haya cambiado. Quisiera decirle a la muchacha que le pida mucho a Dios porque Él es el único que puede ayudarle.
Entiendo perfectamente su situación, es algo muy difícil, triste, y doloroso pero Dios lo puede cambiar. — Fátima
Querida Fátima:
Muy linda tu carta y muchas gracias por escribir para hacer llegar un mensaje de aliento a esta otra muchacha que sufre por el alcoholismo de su papá.
Tienes razón, Dios es muy poderoso y cuando uno está enfrentando un problema que no puede resolver, es mejor acudir a Él y ponerlo en Sus manos.
A veces es difícil soltar el problema porque uno siente que tiene que hacer más, esforzarse más, intentar cosas nuevas, para salvar al alcohólico.
Pero este tipo de situación es una de esas en las que en lugar de hacer más, es necesario aprender a hacerse a un lado y a dejar a Dios actuar.
Espero que esta lectora llegue a leer este mensaje y que ponga en práctica el consejo que le das, que me recuerda la frase célebre de San Francisco de Asís: “Señor, por favor, dame valor para cambiar las cosas que puedo cambiar, serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar y sabiduría para distinguir la diferencia”.
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