Te imaginas que tu hombre siempre esté dispuesto a complacerte en todo y para todo? Qué aburrido ¿no crees?. Y peor si está programado con la frase:“Lo que tú digas, querida. Lo que tu quieras”. ¿Y qu
Te imaginas que tu hombre siempre esté dispuesto a complacerte en todo y para todo? Qué aburrido ¿no crees?. Y peor si está programado con la frase:“Lo que tú digas, querida. Lo que tu quieras”. ¿Y qué tal si es de esos que, si te metes en su cama con el pomo de miel en la mano le preocupa que puedas arruinarle sus sábanas Ralph Lauren? o de aquellos otros “tan detallistas” que no sólo sabe la diferencia entre el foie gras y el paté, sino que además se acuerda de cualquier cosa y fecha y hasta del cumpleaños de tu gato?, ¡qué simplicidad!
Claro que toda mujer desea tener un hombre considerado, atento, cariñoso y detallista; pero con sus limites! porque a ¿qué mujer no le gusta que su hombre de vez en cuando se vuelva un chico rudo, machista y arrebatado de pasión y le llene a una la cabeza de “malos” pensamientos? Ajá, a ti también verdad? Pero no te preocupes, porque eso es totalmente natural. Por suerte, casi todos los hombres nacen con ese gen de “chico malo”.
Lo que sucede es que muchos se esfuerzan por reprimirlo para hacerte feliz! Por eso debes saber que si tienes un hombre excesivamente dulce, detallista, metódico y hasta santurrón, o estás saliendo con uno de ellos, existen varias estrategias para conseguir que de vez en vez se vuelva rudo, arrebatado y apasionado para que juntos “hagan excitantes locuras” Sigue nuestras instrucciones y terminarás junto al castigador ideal: tu mismo amorcito adorable se puede convertir en una vetaardiente y salvaje.
Estas son sólo tres de esas estrategias:
El sabe usar bien los cubiertos en la mesa y se comporta divinamente cuando está con tus padres. Tu hombre cumple con tantos códigos de buena conducta, que no es raro que lo halles demasiado manso y domesticado. Pero si deseas a tu lado un rebelde que desboque tu apetito sexual, permítele que se olvide de las reglas. En realidad, nunca podrá ser un “chico malo” si no viola las leyes. Digamos que están invitados a un elegante coctel o fiesta en sociedad, sugiérele que vaya vestido con jeans y una chaqueta de cuero; tan poco apropiado, que los invitados se quedarán boquiabiertos.
Allí, instalo a decir cosas chocantes. Por ejemplo, en la apertura de una exposición artística muy almidonada, Soyla, de 27 años, se frustró tanto al ver a su novio hablar nimiedades con tanta cortesía, que le tomó la mano y se la metió bajo su falda. “Al instante, el Sr. Cortés se convirtió en el Brad Pitt de Fight Club”, cuenta. “Se abrió paso a empujones entre la multitud y me metió en el baño. La gente estaba tan asombrada, que nadie se atrevió a decir ni una palabra cuando salimos completamente desaliñados… Por supuesto, jamás volvimos a ver a nadie de ellos”.
No hay nada mejor que hacer el amor tierno y dulcemente, excepto si te tiran en la cama y te arrebatan de pasión hasta hacerte ver fuegos artificiales. El problema: ellos temen ser demasiado fuertes sobre el colchón. Pero aunque la efusividad y sensibilidad tienen validez, hay pocas cosas que alborotan más el rebelde interior de un hombre como una sesión de sexo a la Johnny Depp. ¿Quieres que él lo haga al estilo de los chicos malos? Pues dale luz verde…., y una bien brillante.
Tiéntalo a tomarte, mencionándole tu deseo como si fuera una fantasía. Por ejemplo, dile que a ti te excita imaginarte que un día él te agarrara en cuanto entres a la casa. “Compartir con él tus fantasías es un modo ideal de decirle lo que quieres en la cama sin que parezcan una lista de necesidades que él está dejando de satisfacer”, dice Gilda, una auxiliar de enfermería de 38 años. “El archivará la información y, cuando llegue el momento, actuará”.
Nunca verás a un chico malo con una agenda en la mano. Con ellos no hay esquemas ni formatos: hacen lo que les viene en gana. Claro, eso no siempre va a estar de acuerdo con tu horario, pero es exactamente lo que los vuelve tan sexys. Por lo tanto, la próxima vez que él actúe por impulso y quiera que tú le sigas la corriente, acalla tus ansias de controlar. Si te toca a la puerta a las dos de la mañana para hacer de las suyas contigo en la cama, déjalo entrar (claro, a no ser que esté tan borracho, que no se pueda sostener en pie).
O si en la mañana te suplica que llames al trabajo y digas que estás enferma, hazlo y háblale a tu jefe con tu mejor imitación de voz acatarrada. Si quieres que tu dulce gatito se convierta en una adorable fiera salvaje, sigue sus reglas. Si te sugiere que para ir a cenar te pongas un vestido rojo con un escote muy profundo, hazlo. Una vez que le des la oportunidad de ser bribón, se le saldrá ese diablillo que lleva dentro, y de repente, tendrás metido en tu cama a un chico malo, muy malo, que hará que la pases bien, muy bien!!
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