EFE
El error judicial que mantuvo a un mexicano 16 años en la cárcel por un crimen que no cometió se convirtió hoy en su salvación de una inminente deportación…
A pesar de que en noviembre pasado un juez de Los Ángeles exoneró a Luis Lorenzo Vargas, de 47 años, de una condena de 55 años por violación de tres mujeres, las autoridades migratorias lo mantuvieron tras las rejas por una previa orden de deportación en su contra.
“Le explicamos al juez que cuando en México se den cuenta que él podría recibir una compensación económica por los 16 años que pasó en la cárcel injustamente se va a convertir en un objetivo de los criminales”, explicó a Efe Alex Gálvez, abogado de inmigración que representa a Vargas.
Vargas salió hoy del Centro de Detención de Santa Ana, California, después de pagar una fianza de siete mil dólares y aunque todavía tiene un proceso migratorio en su contra ahora lo podrá pelear desde la libertad junto a sus cuatro hijos.
La pesadilla del inmigrante comenzó el 7 de diciembre de 1999 cuando un juez lo condenó a 55 años de cárcel por secuestro, violación y sodomía por la fuerza.
En el juicio, tres víctimas identificaron a Vargas como el agresor: una jovencita de 15 años que fue violada y otras dos mujeres mayores de edad quienes acusaron al hispano de atacarlas e intentar violarlas.
Pero, a pesar de que varios testigos declararon que Vargas se encontraba trabajando durante los días de los ataques, el juez dictó su sentencia en contra del inmigrante quien siempre se mantuvo firme sobre su inocencia advirtiendo que el verdadero criminal seguía libre por la ciudad.
Tiempo después, el Proyecto Inocencia de California y la Escuela de Leyes de la Universidad Western en San Diego pidieron la realización de nuevas pruebas de ADN en los tres casos.
Los resultados, que favorecieron a Vargas, vinculaban el crimen a un violador en serie con más de 35 violaciones en Los Ángeles conocido como el “Violador de la lágrima”, por tener el dibujo de una lágrima tatuado debajo de su ojo izquierdo.
Tras ser exonerado en noviembre pasado, el inmigrante, nacido en Tijuana, Baja California (México), fue detenido por las autoridades de inmigración y llevado a una cárcel federal.
La portavoz de la Oficina de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), Lori Haley, indicó que el proceso contra Vargas no está ligado a la condena por la que fue exonerado.
El inmigrante perdió la residencia permanente por una condena previa y fue deportado a México en junio de 1994. Luego regresó al país de forma indocumentada y es cuando se vio involucrado en el caso por el que fue acusado injustamente.
“No estamos diciendo que es inocente de la primera condena, aunque hay atenuantes que no se tuvieron en cuenta, pero en esos 16 años que estuvo en la cárcel siendo inocente, Vargas cambió, estudió y hoy es la muestra de como hay que luchar y mantenerse firme”, sostuvo Gálvez.
“Vamos a pedir que se considere este caso como algo excepcional, que le permitan quedarse en el país”, aseguró el abogado.
“Él (Vargas) quiere regresar a la cárcel a trabajar con los latinos para que entiendan cómo pueden ser estigmatizados y ser un blanco para las injusticias”, concluyó.
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