ESPN Deportes
Rafael Ramos Villagrana
VIÑA DEL MAR — El ‘Loco’ Soria ha dicho cosas cuerdas. “Bolivia tiene vida de 90 minutos. Y de otros 90. Y de otros 90”. El técnico de Bolivia defiende que su selección está con vida, mientras cada partido no se haya jugado.
Y Miguel Herrera lo sabe. “México no puede ni debe sentirse más ni menos que ninguno, y menos a Bolivia”, dijo al hablar del rival de este viernes por la noche cuando ambos se presenten en la Copa América.
México llega con un equipo B. O alternativo. O emergente. O suicida. O aventurero. Con eso llega el Tri a la Copa América, todavía con el rompecabezas incompleto en la cabeza del ‘Piojo’. Tiene 23, pero está urgido de 11 que reúnan el perfil completo del que necesita en la cancha.
Para el Tri su derrotero en la Copa América no incluye una derrota ante Bolivia. La victoria sería el pasaporte virtual para ir a los Cuartos de Final de la Copa América, sin tener que presionarse en extremo para encarar a Ecuador y a Chile, que no sólo presenta futbolistas de clase europea, sino un trabajo colectivo más cimentado que el mexicano…
Complica el horizonte el optimismo en el discurso del ‘Piojo’. Todavía después de los juegos ante Perú y Brasil, enarbola ilusiones. “Claro que podemos llegar a la Final y podemos ganarla”, mientras revisa una alineación donde las piernas activas en canchas europeas se reducen realmente a las de Rafa Márquez y a las del ‘Tecatito’ Corona.
El problema es cuando ha tenido que salir a su púlpito a divertir: “el que no se entregue, el que no se comprometa con el equipo no juega”, luego de reconocer que ante Brasil algunos jugadores de repente dejaron de cumplir con el termómetro que les mide la disciplina táctica y el nivel de testosterona.
El ‘Loco’ Soria apela a la sensatez de sus jugadores. Poco tiempo, poco trabajo, pero la conciencia de que al futbolista boliviano le estremece la Copa América.
Porque Soria confía en la experiencia y la paciencia. Tiene un emisario de su fe en la cancha, el veterano paraguayo naturalizado boliviano, Pablo Escobar, quien se asoma a la azotea de los 40, pero con sus 38 años sólidos, espera su mejor Copa América.
Y en los extremos que maneja Soria, en la lista de naturalizados, aparece el delantero argentino Damián Lizio, pero agrega al Pirlo bliviano, Sebastián Gamarra de 18 años, en el Milán B, considerado el proyecto notable de su balompié.
Lo acepta el ‘Piojo’: ante Bolivia deberán dar un partido sin concesiones, sin errores, incrementando la efectividad en la cancha de manera absoluta a lo mostrado en los encuentros de preparación.
“Guatemala, Perú y Brasil fue un ensayo, fueron partidos aleccionadores, útiles, y todo lo que ya aprendimos, llegó el momento de en verdad demostrarlo en la cancha y en el momento oportuno”, subraya el entrenador mexicano.
El ‘Loco’ Soria parece, sin embargo, mantener la verdad absoluta. Y paciencia. Y malicia. “Bolivia tiene vida de 90 minutos. Y de otros 90. Y de otros 90”.
En el Estadio El Sausalito, México consiguió su primera victoria en una Copa del Mundo. 3-1 sobre Checoslovaquia, que al final fue subcampeón del Mundial de Chile 1962, conquistado por Brasil.
México querrá que los espectros de sus abuelos los cobijen en El Sausalito, recién remozado por fuera, pero con sus memorias mundialistas intactas.
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