Cada vez es más común ver a niños que tienen en sus manos tabletas y teléfonos móviles… Pero hay que saber poner límites, porque el exceso de tiempo frente a las pantallas de esos aparatos, daña la vista de los más pequeños
Nuestros hijos han nacido en la era tecnológica. Desde pequeños saben encender la televisión, buscar en internet, jugar con las tablets. Su exposición a las pantallas es continua y esto es un dato a tener en cuenta, ya que se sabe que las pantallas pueden producir miopía a los niños.
A edades tempranas los niños aún no tienen bien desarrollados los conductos oculares, por lo que les cuesta focalizar o fijar las imágenes. El aparato visual se desarrolla hasta los ocho años aproximadamente.
Varios estudios pediátricos han revelado que la luz que emiten las pantallas digitales posee una elevada proporción de longitud de onda corta, una luz muy potente que produce daños en los ojos.
Tras observar a varios individuos expuestos a pantallas sin filtro, se comprobó cómo poseían menos células de la retina. La influencia de la luz en la retina depende de la composición espectral de la luz, el tiempo de uso y la distancia. Este es un dato a tener muy en cuenta, ya que los niños reciben tres veces más luz de longitud de onda corta, porque tienen tendencia a acercarse más a las pantallas, y esta una de las razones por las que las pantallas pueden producir miopía a los niños.
Pero los efectos negativos de las pantallas en los niños no se limitan a la miopía, sino que además de malos hábitos posturales y dolores de espalda, abarcan mucho más.
No es algo nuevo, está claro que las horas que los niños dedican a ponerse delante de una pantalla, sea del tipo que sea, no las emplean en jugar, ni en leer, ni en estimular la imaginación, lo que influye en la velocidad del aprendizaje.
Numerosas investigaciones ofrecen una afirmación clara: Hay que evitar la exposición a las pantallas de los niños menores de dos años.
Se ha demostrado que los bebés y niños más pequeños aprenden por imitación de las personas, sin embargo, en el caso de bebés que miran pantallas eso no ocurre de la misma manera. Además, se pudo comprobar cómo los niños que estaban expuestos a las pantallas antes de los 12 meses durante más de 2 horas al día, tenían 6 veces más posibilidades de desarrollar problemas del lenguaje.
El panorama no es más halagüeño para los mayores de dos años, ya que también se demostró que los niños aprenden más de las situaciones de la vida real que de la televisión o explicaciones educativas.
Por supuesto, si el contenido es adecuado a la edad del niño estos efectos negativos son menores.
No tranquiliza nada saber que varios estudios relacionan la exposición de los niños a la pantalla con problemas de atención en un futuro, y la situación se agrava cuando hay televisiones dentro de las habitaciones de los niños.
Los estudios han demostrado que hay comportamientos y rasgos similares en los niños que pasan muchas horas al día delante de las pantallas.
? Incremento de la violencia y conductas agresivas.
? Imágenes sexuales distorsionadas.
? Problemas de autoestima y con su imagen corporal.
? Obesidad y problemas nutricionales.
? Mayor riesgo de padecer miopía.
? Dolores de espalda o posturales.
Si bien la miopía no se puede revertir, sí se puede prevenir su progresión. Se ha demostrado que, el inicio y la progresión de la miopía, pueden detenerse incrementando el tiempo de actividades al aire libre a más de dos horas al día.
Debemos concienciarnos de que, aunque nuestros hijos hayan nacido en la era tecnológica, los padres somos los responsables de educar y enseñar cuál es la forma adecuada de utilizarlas.
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