Montreal

Continuemos con nuestro vuelo imaginarios por las bellas ciudades de América. Hoy seguiremos disfrutando de otra bella ciudad Canadiense, Montreal. Los inviernos canadienses son duros -se llega…

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Continuemos con nuestro vuelo imaginarios por las bellas ciudades de América. Hoy seguiremos disfrutando de otra bella ciudad Canadiense, Montreal.

 Los inviernos canadienses son duros -se llega a alcanzar temperaturas de 30º bajo cero-, sin embargo en Montreal están más que preparados, ya que disponen de una «segunda ciudad bajo tierra». Bares, cafeterías, centros comerciales y parques temáticos subterráneos ofrecen todo lo necesario para plantar cara a la depresión invernal.

  El poblamiento de esta región por parte de los europeos se inició en 1642, cuando 50 colonos franceses fundaron la ciudad de Villa-Marie a orillas del río St. Lawrence. Muy pronto, aquella pequeña colonia pasó a denominarse Montreal por el Mon-Royal, el punto más alto de la ciudad que en la actualidad emerge del mar de edificios modernos. El primer europeo que ascendió los 233 m., de altura de aquel monte fue el descubridor Jacques Cartier.

 Cuentan que, una vez allá arriba, al observar aquella maravillosa panorámica gritó: Quel mont royal! Hoy día, en la cumbre de este monte se alza el oratorio de San José, una impresionante basílica de estilo moderno que incluye una cúpula de 97 m., de altura. No muy lejos de este lugar se erige una cruz de 31 m., de altura cuya construcción data de 1924. Según sea la incidencia de los rayos del sol sobre ella, se ilumina de múltiples colores. A su alrededor se extiende de Parc du Mont-Royal.

 El centro histórico refleja el esplendor de la época dorada de la industrialización, en el siglo XIX, cuando la ciudad se convirtió en el centro económico del país. Tras una renovación completa, el viejo Montreal fue declarado distrito histórico en 1965.
 En él se dan cita edificios pertenecientes a tres siglos distintos.

  En el casco antiguo destaca la basílica del Notre-Dame (construida entre 1824 y 1829). Como rincón secreto digno de verse está la pequeña capilla de marineros de Notre-Dame de Bonsecours.

 En el puerto viejo. Una vista obligada es el Pointe-à-Callière, el Museo de Historia Nacional que se encuentra en el Vieux-Port. A este complejo dividido en tres partes pertenece, entre otros, el edificio neoclásico de la Old Costum House, uno de los primeros elementos arquitectónicos que dan fe de la presencia de los británicos en Montreal desde su conquista en 1760. Alrededor de estas instalaciones se ha construido una zona de ocio de 2 km., de largo.

 El centro urbano más moderno se halla a los pies del Mont-Royal, en su vertiente sur. Se compone de una docena de grandes edificios -todos ellos de una altura menor que la del monte-, y es conocido por su amplísima oferta comercial. Le vile souterraine, tal como se la denomina, transcurre tanto sobre tierra, a lo largo de la calle Sainte Catherine, como por el subsuelo, a lo largo de la Underground City. Digno de verse es el Quartier Latin, con sus numerosos bares, cafeterías con terraza y restaurantes. La amplia zona que va desde el Mont-Royal hasta el Quartier Hochelaga-Maison-neuve es el pulmón verde de Montreal. Al este del barrio se extiende el innovador Parc Olympique, que incluye el estadio olímpico, el jardín botánico y el insectario, así como el Biodôme, un verdadero oasis en pleno corazón de la ciudad. Bajo su cobertura de vidrio viven unos 4.000 animales y 5.000 plantas, y una ruta de exploración nos «lleva» a todas las regiones del país.

Latinos en Montreal
 El Barrio Latino ofrece algo para todos. Esta zona es conocida por su actitud relajada y la influencia francesa. Hay muchos bares especializados en cerveza fabricada localmente y mucho a la restauración de los clubes internacionales sabor. Durante los meses de verano esta zona se transformó completamente, ya que alberga el más grande Festival de Jazz en el mundo con cientos de espectáculos y entretenimiento en vivo. Millones de personas en este evento frecuente y participar en una cultura diferente a cualquier otra fiesta.

 Montreal ama su vida nocturna, y si usted quisiera conocer gente nueva, le aseguro que en esta atractiva ciudad la encontrará.