Hay muchos mitos sobre la vida y muerte de Jesucristo, como por ejemplo
Los evangelios oficiales de Marcos, Lucas, Mateo y Juan, los evangelios apócrifos, las cartas de San Pablo -cronológicamente, el primer documento sobre la vida de Jesús-, la labor del historiador coetáneo Flavio Josefo o los papiros del Mar Muerto son algunos de los textos que se pueden investigar para componer ese puzzle entre el mito y la historia que conforma la vida de Cristo.
Llevan años encajando esas piezas el catedrático de Filología Griega de la UCM, Antonio Piñero, que ha escrito el libro “Ciudadano Jesús” y considera al mesías del Cristianismo “un hombre corriente y moliente, aunque tuviera madera de héroe”. Y, por otra parte, el psiquiatra forense José Cabrera ha publicado “CSI: Jesucristo”, en el que analiza con bisturí científico la muerte en la cruz.
¿A QUÉ EDAD MURIÓ JESUCRISTO?
A pesar de que siempre se ha aceptado que Jesús fue crucificado con 33 años, históricamente se sabe que no es así. Por un lado, la primera paradoja se establece en el hecho que Jesucristo nació, curiosamente, en el año 6 anterior a su propia era, ya que Herodes el Grande, el rey de Judea durante el nacimiento de Cristo, murió el 4 a.C.
Por otro lado, Poncio Pilatos, quien ordenó su ejecución, fue prefecto de Judea entre el 29 y el 37 d.C, años en los que el único viernes de Pascua con luna llena solo fue el 7 de abril del año 30 -por lo que moriría con 36 años- o el 7 de abril del año 33 -con 39-. En cualquier caso, “un hombre a esa edad en ese época era maduro, con cuarenta años ya era un abuelo”, explica Cabrera.
¿MURIÓ EN VIERNES?
La festividad de la muerte de Jesucristo es desde siempre el Viernes Santo, pero Piñero discrepa. “Es más probable que Jesús fuera crucificado el jueves, por la sencilla razón de que si fue crucificado a las 3 de la tarde del viernes, habría muerto ya caída la tarde. Eso para los judíos es el nuevo día, es decir, sábado (Shabbat), día de descanso, en el que no se puede realizar una crucifixión”, argumenta Piñero.
¿CARGÓ CON LA CRUZ HASTA EL MONTE GÓLGOTA?.
“En el suplicio de la cruz, la ley romana obligaba a que cargara con el travesaño hasta el patíbulo. El vertical estaba ya clavado en el sitio, porque una cruz entera podía pesar unos 100 kilogramos, imposible de llevar por una sola persona”, explica Cabrera.
La corona de espinas, prosigue el forense, no era tal, sino que un casco completo. Lo que sí es real es el vestuario. “Como cualquier otro crucificado, Cristo no llevaba nada de ropa salvo una especie de lienzo que le cubría el aparato sexual por pudor. Los ropajes hacen más difícil clavarle, pero no tiene nada que ver con ninguna tradición”
¿FOSA COMÚN O SEPULCRO?
Según Piñero, “Mateo, Marco y Lucas dicen que Jesús es descendido de la cruz por un personaje que aparece en ese momento”, José de Arimatea, uno de los ancianos del Sanedrín (el consejo que le juzgó) discípulo oculto de Jesús, que le da enterramiento “en un sepulcro de piedra en las afueras de Jerusalén”.
La Historia, en cambio, se decanta por otra versión. “Jesús murió el día anterior a la celebración de la Pascua, por lo que las autoridades judías no querían de ninguna manera que los cadáveres quedaran allí y por ello fueron ellos mismos los que lo bajaron de la cruz y lo enterraron en una fosa común”.
¿POR QUÉ MATARON A JESÚS?
“La versión tradicional (la de los Evangelios) consiste en eliminar de toda culpabilidad a Roma en esta muerte y achacarla a problemas internos y religiosos dentro del judaísmo”, asegura Piñero en su libro. Pero hay otra versión que “entiende que Jesús fue condenado a muerte por los romanos como pretendiente mesiánico, como individuo políticamente peligroso en cuanto que, al proclamarse mesías-rey, podría provocar de inmediato un motín contra las fuerzas de ocupación romanas”.
“Era un hombre muy peligroso para muchos”, explica Cabrera. “Tanto los juicios del Sanedrín como la condena del propio Pilatos se saltaron todas las leyes tanto judías como romanas”, añade Cabrera.
¿RESUCITÓ?
En eso, tantos unos como otros se lavan las manos, como el propio Poncio. El médico forense revela en la “autopsia” que “la causa última de su muerte fue un fracaso cardiorrespiratorio por pérdida de sangre, ya que el corazón no puede latir por falta de sangre y se produce asfixia de estar colgado”.
Y Piñero, con la Historia y los hechos en la mano reconoce que no se puede “demostrar si resucitó o no, es una cuestión que obedece a la fe”. “Nosotros estudiamos cada uno de los elementos de la muerte y la tortura de Jesús, las injusticias y el ambiente que acabó matándole”, aclara
Por Mateo Sancho Cardiel // EFE REPORTAJES
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