La Navidad (que proviene del latín “nativitas = nacimiento”), es una de las festividades más importantes del Cristianismo, ya que se conmemora el nacimiento de Jesucristo en Belén.
La Navidad (que proviene del latín “nativitas = nacimiento”), es una de las festividades más importantes del Cristianismo, ya que se conmemora el nacimiento de Jesucristo en Belén. Este acontecimiento que se celebra el 25 de Diciembre de cada año, tiene sus origines allá por el año 350, cuando el Papa Julio I pidió que el nacimiento de Cristo fuera celebrado precisamente esa fecha.
En aquella época, la razón era que en el Imperio Romano, las celebraciones de Saturno durante la semana del solsticio, que eran el acontecimiento social principal, llegaban a su apogeo el 25 de diciembre y para hacer más fácil que los romanos pudiesen convertirse al cristianismo sin abandonar sus festividades, el Papa pidió que el nacimiento de Cristo fuera celebrado en esa misma fecha.
Poco no obstante aquel decreto, históricamente la primera mención de un banquete de Navidad fue en Constantinopla y data del año 379. Luego la fiesta fue introducida en Antioquía y de ahí se fue diseminando por diferentes países de Europa y Medio Oriente. En Antioquía, probablemente en el año 386, Juan Crisóstomo impulsó a la comunidad a unir la celebración del nacimiento de Cristo con el del 25 de diciembre, aunque parte de la comunidad ya guardaba ese día por lo menos desde diez años antes…
Pero haciendo a un lado la historia de cómo y cuándo empezó a celebrarse la Navidad, este año, mientras esté reunido con sus seres queridos, aparte de cenar y desearse lo mejor, motívelos y usted mismo reflexione y actúe para que no sólo sean palabras huecas y de buenos deseos de los dientes para afuera, sino actitudes y acciones reales y concretas…
Piense que esta noche de Navidad, para celebrar la llegada del Niño Dios, puede ser un momento propicio de LIBERACION: de dejar atrás alguna atadura que no le permite avanzar, un rencor que sólo le hace mal a usted, una relación estéril, una creencia limitante.
Puede ser un momento de PERDON: tal vez precise perdonarse algo que le provoque culpa y no le permite acceder a la felicidad que merece. O necesita perdonar a alguien que sabe que no quiso hacerle daño, pero tomó una decisión equivocada en algún momento.
Puede ser un momento de ACERCAMIENTO: si está lejos de alguien que quiere y por alguna razón no se ha comunicado en los últimos tiempos, envíe una tarjeta, un e-mail, un mensaje de texto, haga una llamada por teléfono. La palabra de alguien querido a quien extrañamos es un puente hacia una sonrisa del corazón.
Puede ser un momento de HUMILDAD: si el orgullo o alguna otra razón le cegaron al tomar alguna resolución, o no le permitieron ver lo que realmente sucedía y siente que estuvo mal, qué mejor oportunidad para reconocer que somos humanos, que todos nos equivocamos, y aunque intentemos hacer las cosas lo mejor posible, no podemos controlar todo lo que sucede… sólo nuestras intenciones.
Puede ser un momento de CONCRECIONES: ¿y si decide hacer eso que ha estado posponiendo y le agradaría mucho llevar a cabo. Si se lo propone, en los próximos días seguramente que encontrará el tiempo para hacerlo…
Y con ese espíritu, todo el personal de El Aviso-Magazine, le desea una ¡¡Feliz Navidad!!!
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