Dice el dicho popular, herencia de nuestra cultura llena de picardía, que las son como las llamadas a misa. Sólo va quien quiera
Dice el dicho popular, herencia de nuestra cultura llena de picardía, que las
“mentadas de madre” son como las llamadas a misa. Sólo va quien quiera
hacerlo, ya que a nadie se le puede obligar. Lo mismo podría pasar con los
insultos de carácter racial. Sólo lastiman a quienes quieran sentirse ofendidos
y menospreciados.
Todo lo anterior viene en referencia por el más reciente escándalo protagonizado
por la famosa historieta de “Memín Pinguín”. Las aventuras de este
simpatiquísimo niño afro-mexicano fueron recientemente colocadas en los estantes
de las tiendas Wal-Mart. Pero más tardaron en salir a la venta, que en ser
discretamente retiradas, para siempre.
Resulta que los directivos de esa cadena comercial, recibieron un mar de
quejas de quienes percibían la historieta como altamente ofensiva para las personas
de raza negra. Para quienes no estén familiarizados con Memín o con la
vida en aquellas viejas vecindades de la Ciudad de México, los diálogos y la
caracterización del pequeñito ciertamente podrían parecer denigrantes.
Sin embargo, en México, a diferencia de Estados Unidos, el apelativo “negro”
o “negrito” es casi, casi hasta cariñoso. Ahí tiene usted, por ejemplo, canciones
que ya son clásicas como el “Negrito Sandía” de Cri-Cri, o la “Cumbia del
Africano” de la Sonora Dinamita donde no existe ninguna carga peyorativa
hacia los morenazos.
Quizás esta forma de ver la vida venga desde el tiempo de la colonia donde
tanto indios americanos como los esclavos negros recibieron el mismo trato de
raza inferior por parte de los conquistadores.
Hoy en día, por ejemplo, existen comunidades en los estados mexicanos de
Guerrero y Oaxaca, donde el 90 por ciento de los habitantes son de raza negra.
Y si usted les pregunta, ellos le dirán que no se sienten ofendidos en lo más
mínimo si alguien les dice: ¡Oye mi “negro”! o ¡hey, mi “negra”!. Claro que
cambia la cosa cuando antes o después de las citadas palabras viene incluida
una majadería.
El caso es que el retiro de las historietas de Memín de las Tiendas Wal-Mart,
no parece sino el resultado de una profunda ignorancia de quienes jamás en su
vida han tenido en sus manos uno de estos ejemplares ni mucho menos se han
tomado la molestia de leerlos y analizarlos en su contexto y… Digan lo que
digan, para criticar, hay que saber.
Esta semana, por cierto, tendré como invitado en el Noticiero Nacional, a quien desde
hace mas de 40 años se ha dedicado a trazar los dibujos de Memín Pinguín, su “Má
Linda” y demás divertidísimos personajes. Sixto Valencia es una leyenda viviente de
la caricatura hispana. Y por eso, como digo en cada corte comercial, si se va, ¡ya sabe
que se lo pierde!.
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