¡Quiuúboleeee!!! ¿cómo están mis tuerkitas y tornillitos, bien y de pelos?… Ojalá que sí!, y que se les ‘aiga’ ido bonito tooodo lo que va del mes.
Y hoy, como sé que tienen ganas de uno, pos ahí les va un buen chistorete y con moraleja de pilón; se llama “Devoluciones”… Espero que les guste…. aí ta’
Resulta que una joven ejecutiva fue destinada temporalmente en París por negocios; después de unos seis meses de estar por allá, recibe una carta de su novio desde Los Ángeles.
Querida Mariela:
Quiero decirte que no puedo continuar con esta relación. La distancia que nos separa es muy grande. Debo admitir que te he sido infiel algunas veces desde que te fuiste y creo que ni tú ni yo nos merecemos esto, lo siento… Perdóname!
Por favor devuélveme la foto que te envié.
— Con amor: Gualberto.
La mujer, muy herida en su amor propio -como era de esperarse-, llora, moquea, grita y maldice al desgraciado. Pero pronto se recupera, y entonces le pidió a todas sus compañeras de trabajo que le regalaran fotos de sus novios, hermanos, amigos, tíos, primos, etc.
Y junto con la foto de él, incluyó todas esas otras fotos que había recolectado de sus amigas. En el sobre había 57 fotos y una nota que decía:
Gualberto, perdóname tú a mí, pero no puedo recordar quién carajos eres. Por favor, busca tu foto en el paquete y devuélveme el resto.
— Con pasión: Mariela!
• Moraleja: “Aún en la derrota… hay que saber cómo joder, pero con clase, al enemigo!!!”
Y hablando de derrotas, de ‘cómo joder’ y demás yerbas olorosas, no están ustedes pa’ saber ni yo pa’contárselos, pero fíjensenn que en la chamba y con mis amistades tengo la mala fama dizque de que soy quejumbroso… “Ay!, señor! Ya no se queje. Usted acepte las cosas como son y quédese callado!”… Eso jue lo que me dijo hace unas semanas una compañerita. Y la neta en ese momento me dio coraje, pero me mordí la lengua para no decir nada, -al menos no en voz alta-, pero pa’mis adentros pensé: “o’verás mendiga vieja, cuando quieras que yo diga o haga algo en favor de todos los que trabajamos en esta empresa, ni te voy a pelar”…
Y no pasaron muchos días en que me pidieran que yo le dijera al patrón acerca de cosillas que andaban mal en la oficina.
Por supuesto me hice del rogar unos días, pero finalmente cedí.
Y aquí es a donde quería llegar -al fiiinn!!!- así que a ti mi querido leitor o leitora, te pregunto: ¿Para ti es lo mismo alguien quejumbroso que alguien protestante?, y no me refiero a religión, sino a alguien que protesta, cuando algo anda mal o no está de acuerdo con eso.
A raíz de este asuntillo, un día que estaba de güevas (y sí tenía algunas cosas que hacer, pero nada de ganas), me puse a investigar si eran lo mismo las dos cosas. Y eso que averigüé, no’mas pa’que no se los vayan a ninguniar, aquí se los cuento.
Quejumbroso/a es aquella persona que casi siempre y de todo se queja, pero sin una razón justificada y no solo eso, sino que no hace nada por cambiar o resolver la situación o cosa por la que se queja.
En cambio, protestante, es aquella persona que ‘protesta’, que dice, grita o argumenta en contra de algo que no le parece correcto… pero no solo eso, sino que además, hace ‘algo en concreto’ para remediar o al menos tratar de remediar aquello que en su opinión está… Que le hagan o no caso, eso es otro do-pe… uuufff!
Pero fíjensenn que mientras averiguaba esto, me encontré otra definición, pero bien _iiingona que les recomiendo usen cuando se ofrezca.
Una persona que no se conforma en cómo están las cosas, que dice y hace lo que puede para cambiarlas, que despierta inquietudes, que agita conciencias, según dicen los güeyes que estudian el comportamiento humano, esas personas son ‘agitadores mentales’… Así que mi cuaderno, si eres de esos que protesta por lo que está mal, haz lo que yo ahora, declárate un “Agitador Mental” y que te valga una pura y dos con sal lo que digan de ti…
Comparte
Siguenos en Redes Sociales
El Aviso Magazine El Aviso Magazine El Aviso Magazine