EFE
A pesar de su corta edad, los mexicanos Ricardo Rivera, de 7 años, y su hermana Yaxeni, de 9, tienen claras pocas cosas, pero una de ellas es pedir al Gobierno federal con su guitarra y acordeón que cambie las leyes de inmigración y que no deporte a más indocumentados…
Estos niños residentes en Houston (Texas) piden una reforma migratoria a través del grupo musical que formaron con el apoyo de sus padres, Ricardo e Indira Rivera, y que llamaron Los Luzeros de Rioverde.
Aunque son unos niños todavía ya han grabado dos discos, el último de los cuales incluye el tema “Los descendientes”, que narra la historia de su propia familia, de origen indocumentado.
“Es una canción que lleva un mensaje muy bonito, a mi me gusta mucho y esperamos que llegue al corazón de la gente”, dijo a Efe el pequeño Ricardo.
Para su hermana Yaxeni el significado de este tema es enorme.
“A veces siento tristeza porque los niños se separan de sus papás y no queremos que eso pase, es algo que quisiéramos que cambiara y también con la canción queremos decir el orgullo que tenemos de que nuestros padres fueron indocumentados y nosotros somos sus descendientes”, explicó.
La idea tema fue del padre, quien pidió al compositor Leo Olmos, de Austin (Texas), que le ayudara con la letra.
“Yo quería una canción que hablara de lo que sufrimos nosotros cuando fuimos indocumentados, pero que también sirviera para poner un granito de arena y ojalá sirva para que toque el corazón de mucha gente y ya no haya más deportaciones y separación de familias”, dijo a Efe Ricardo.
El padre explicó que el tema que más motiva al público dice: “Quisiera mi canto llegara hasta el cielo y fuera escuchado primero por Dios y ese fuera el medio para que en el suelo tocara las almas y hasta el corazón de aquellos que forman parte del Gobierno, los que hacen las leyes de la inmigración”.
Los Luzeros de Rioverde lleva la música en la sangre, pues el padre recordó que cuando era niño, en su natal San Luis Potosí, en México, cantaba en las cantinas a las que iba su padre y se ganaba algún dinero.
Sin embargo no esperaba que sus hijos comenzaran a cantar cuando siquiera apenas hablaban.
“Fue una sorpresa muy grande y al mismo tiempo no quería que comenzaran a darse a conocer, porque quería que se prepararan primero”, señaló el padre, que explicó que sus hijos lo “hicieron tan bien desde la primera vez que la gente comenzó a pedir más”.
Ricardo, quien toca el bajo quinto se inició desde los 4 años y Yaxeni desde que tenía 6 o 7, indicó.
La música que los niños tocan es 100 por ciento norteña y, aunque tienen presentaciones musicales, le dan prioridad a la escuela, indicaron los padres.
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