La primera comida del día, que muchos niños omiten o toman de forma deficiente, es crucial para mantener la vitalidad y parar la obesidad. ¿Saben los padres cuáles son las claves de un desayuno saludable entre los 3 y los 18 años de edad?
Los niños que empiezan sus actividades sin desayunar o sin realizar un desayuno completo, a la larga, engrosan las cifras de sobrepeso infantil, según el Instituto Médico Europeo de la Obesidad, IMEO.
“Y no hay que olvidar que los niños con sobrepeso y obesidad presentan más problemas óseos y musculares; tienen mayor riesgo de desarrollar diabetes, hígado graso y asma; entran en la pubertad antes que sus compañeros y, en general, muestran una autoestima más baja”, dice Rubén Bravo, experto en nutrición y portavoz del IMEO (www.imeoobesidad.com).
“Muchos niños omiten el desayuno por las prisas de los padres para ir a trabajar, porque a esta hora temprana tienen más sueño que hambre o porque están hartos de comer el mismo plato cada día”, dice Bravo.
En consecuencia, se enfrentan a una ‘falta de combustible’ que durante las clases on-line les impide rendir bien en las clases y además, comenzar la jornada con el estómago vacío genera en el pequeño un estado de ansiedad que puede tornarse en agresividad cuando alcanza la adolescencia, alterando su comportamiento.
“Por otra parte, a la hora del descanso, el hambre hará que el menor sea más susceptible de comer los “bollos” (pasteles industriales) y las golosinas que provocan estímulos fuertes por las subidas de azúcar, pudiendo inducir una cierta dependencia”, añade.
Rubén Bravo destaca que la infancia y la adolescencia son determinantes, ya que es cuando se forman las células grasas que pueden convertir a un niño rellenito en obeso.
“Un niño de 3 años, por ejemplo, necesita unas 1,300 calorías diarias, y si tiene 12 años, cerca de 2,200. Podemos calcular la cantidad de calorías recomendada, partiendo de una base de 1,000 calorías y añadiendo 100 por cada año de edad en el proceso de crecimiento”, explica.
La clave para proporcionar una alimentación equilibrada a nuestros hijos reside en la correcta distribución del Valor Energético Total (VET) en las cinco tomas de comida que se realizan a lo largo del día”, recalca el experto del IMEO.
COMER SENTADO Y SIN PRISAS
El desayuno nunca se debe omitir o realizar con prisas o de pie y, entre semana, conviene dedicarle como mínimo unos 15-20 minutos. Los fines de semana, el doble, ya que está demostrado que los niños que toman un desayuno saludable sacan mejores notas, tienen una actitud más positiva y una mejor condición física.
PRIMERA COMIDA, SEGÚN LA EDAD
Según el IMEO, la base de un desayuno saludable para estas edades está compuesta por:.
La miel y las naranjas potencian el funcionamiento óptimo del sistema inmunitario infantil.
Durante la adolescencia se produce el “estirón” de estatura, lo que obliga a cuidar el aporte diario de calcio y proteínas que ayudará a formar los músculos y el esqueleto óseo, al igual que la ingestión de grasas saludables para favorecer la evolución óptima del sistema hormonal, por lo que de acuerdo al IMEO en el desayuno es:
Por Pablo Gutman. EFE/REPORTAJES
Comparte
Siguenos en Redes Sociales
El Aviso Magazine El Aviso Magazine El Aviso Magazine