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NUTRA A SUS HIJOS… ¡EMOCIONALMENTE!

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Formar buenos hijos no es sencillo, pero tampoco imposible. Y una cosa fundamental es demostrarles siempre el amor y cariño que sentimos por ellos

Para educar a un niño emocionalmente sano es importante tener en mente, que educar es transmitir, encaminar, mostrar y enseñar a nuestros hijos lo que consideramos importante para la vida.

Todo padre desea que sus hijos no tengas las mismas carencias que por diferentes razones, ellos tuvieron de pequeños. Es por eso, que la mayoría se esmera en darles lo mejor, sobre todo en el aspecto material, descuidando otras partes importantes, como la emocional, por ejemplo.

Si bien es cierto que los hijos son felices cuando se les cumple cualquier capricho que les venga en gana, esta felicidad suele ser pasajera, pues tarde o temprano terminan sintiéndose solos y poco amados; aspectos que afectan sobremanera su estado emocional.

Al respecto, expertos aconsejan abordar con seriedad este asunto y poner manos a la obra en la ‘nutrición emocional’ de los hijos. 

LAS CONSECUENCIAS DE LAS CARENCIAS AFECTIVAS

Porque todos los seres humanos pueden dividirse entre quienes han recibido amparo, mirada, contacto corporal y cariño desde su infancia, y quienes han vivido carentes de esos suministros.

Y es precisamente ese lugar de deseos infantiles insatisfechos el punto desde donde se desprenderá un adulto que reclamará amparo y protección, y muy probablemente estas carencias la reflejará en  su propia maternidad o paternidad.

LA IMPORTANCIA DEL ALIMENTO EMOCIONAL

La personalidad futura de un niño dependerá de ese primer contacto existente con la madre, prolongación de él mismo y espejo donde se mira y determina la manera en que él mismo será mirado en el futuro.

Así, aquello que nuestra madre nos ha enseñado, en la forma de alimentarnos y protegernos, es nada menos que aquello que luego vamos a manifestar en todas las áreas de nuestra vida.

Aquello que va a darnos seguridad, o aquello que va a dejarnos desprotegidos e inseguros con respecto al futuro.

Los lazos afectivos crean la seguridad y el convencimiento de que nuestra llegada al mundo no ha sido azarosa. Y contar con esa certeza es un galardón invaluable.

De este modo, sostendrá con firmeza que “así como hemos sido amados, así es como sabremos amar. Y así como hemos sido alimentados, podremos nutrirnos a nosotros mismos y a los demás”, y está claro que se habla de un nutrir abarcativo, es decir, abierto a recibir desde afuera estímulos positivos, y saber transmitirlos con firmeza.

LA IMPORTANCIA DE LA MIRADA EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA AUTOESTIMA

Una simple mirada tierna va más allá del alimento fisiológico que podamos proveer a nuestros hijos. Con ésta, no sólo afirmamos nuestra presencia, sino que expresamos nuestro cariño, algo que ellos aprecian sobremanera.

Y está comprobado que un niño bien visto será mañana un niño más seguro de sí mismo.

Contrariamente, un embarazo no deseado, un niño ignorado, mal mirado o incluso violentado, un niño que no ha sido alimentado emocionalmente en la infancia, será probablemente un niño necesitado que no logrará, en la mayoría de los casos, torcer esa carencia originaria y forjar una personalidad segura de sí misma.

ABORDAR LOS PROBLEMAS DE LA INFANCIA DESDE UNA NUEVA PERSPECTIVA

A partir de esta nueva mirada, entonces, sería interesante replantearse algunas cuestiones.

Resulta claro que abordar los problemas de los niños en la actualidad implica, también, bucear en esta carencia, y abordar con seriedad el problema de su nutrición, tanto física como espiritual.

Y que lograr entender efectivamente la realidad de los pequeños hoy en día implica, entre otras cosas, reconocer quiénes somos sus padres, y reconocernos en nuestras carencias; así como también quiénes son los maestros, familiares y adultos en general que nos acompañan en su crianza y educación.

De esta manera, con total sinceridad, quizás pueda entenderse un poco más por qué son catalogados de tan inabordables, y se habla enfáticamente de su mala conducta y de su extrema demanda. También se podría repensar el problema de la falta de atención, tan de moda por estos tiempos.

Recuerde, los hijos son y se comportan en base a todo lo que aprenden y ven en casa. ¡Sea un buen ejemplo!

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