¿Sabías que el plástico que se tira al mar, termina en nuestras mesas?
Los océanos son, como explica la ONU, los pulmones de nuestro planeta, una fuente importante de alimentos y medicinas y una parte fundamental de la biósfera. Las cifras dan idea de su importancia: suponen más del 70 % de la superficie y contienen más del 97 % del agua del planeta; producen al menos el 50 % del oxígeno y albergan la mayor parte de la biodiversidad (en torno al 80 %).
Estas grandes masas de agua salada, además, amortiguan los impactos del calentamiento global al actuar como sumideros de carbono. Absorben alrededor del 30% del dióxido de carbono que producimos los humanos. Acogen una gran diversidad de ecosistemas marinos con miles de especies animales y vegetales esenciales para que exista un equilibrio ecológico. Hay unas 200.000 especies identificadas del mundo marino, aunque podrían ser millones, ya que solo conocemos entre el 5 y el 7 % de los océanos.
Más de tres mil millones de personas en el mundo dependen de la biodiversidad marina y costera para su sustento y más de 200 millones trabajan en la pesca marina de forma directa o indirecta. Además, los océanos han sido y son medios vitales para el comercio y el transporte; y en la actualidad lo son también para el turismo.
Los océanos no solo actúan como los pulmones de la Tierra, también aminoran los efectos del cambio climático, producen alimentos, empleo, minerales, recursos energéticos… Nos dan mucho, y al mismo tiempo están en peligro como resultado de las actividades humanas.
Continuamente llegan al mar desperdicios, vertidos tóxicos, petróleo, e ingentes cantidades de plásticos que dañan seriamente los ecosistemas marinos, causando la extinción de miles de plantas y animales. De hecho, se calcula que el 90% de las grandes especies marítimas de peces están ya mermadas y el 50% de los arrecifes de coral destruidos.
El aumento de las emisiones de carbono está haciendo que el agua del océano se vuelva más ácida. Se observa un aumento de la temperatura del agua, lo que afecta a la salinidad y a las corrientes marinas e influye en los patrones del clima y en el nivel del mar. Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM) los océanos han subido como media 4,5 milímetros anuales entre 2013 y 2021, más del doble que en los 20 años anteriores.
EL PLÁSTICO QUE COMEMOS
Los océanos reciben, según la ONU, entre 8 y 13 millones de toneladas de residuos plásticos al año, cifra que podría triplicarse en 2040. Muchos de estos plásticos deambulan por el mar, se rompen y acaban convirtiéndose en microplásticos (menos de 5 milímetros) que son ingeridos por peces y pequeños organismos. De esta forma, el plástico entra en la cadena trófica e incluso llega a nuestra mesa. El resultado, según varios estudios, es que comemos y bebemos microplásticos hasta un total de cinco gramos a la semana, el equivalente al peso de una tarjeta de crédito.
Además de esos microplásticos hay también una ingente cantidad de plástico deambulando por los océanos desde hace años y que ha dado lugar a inmensas islas de basura. Hay cinco especialmente grandes, dos en el Pacífico, dos en el Atlántico y una en el Índico. La mayor de ellas se encuentra en el Pacífico norte, entre Hawái y California. El año 2022 está enmarcado en el Decenio de Ciencias Oceánicas de la ONU y ha sido declarado por Naciones Unidas como Año Internacional de la Pesca y la Acuicultura Artesanales. Este año el tema del Día Mundial de los Océanos es “Revitalización: Acción colectiva por el Océano”.
Teresa Sánchez-Bermejo. EFE REPORTAJES
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