Hola amiga, ¿Ya lista con tu cafecito para leer el tema de hoy?;
Bien, Comencemos…
Tradicionalmente, nuestra tradición cultural “sugería” y casi obligaba a casarse por el hecho de que la chica había quedado embarazada, tratando con ello de esconder “la vergüenza y la deshonra de la familia” o al menos así querían maquillarlo, proporcionando a la vez una familia al futuro bebé.
Pero la situación ha cambiado, algunas tradiciones -como ésta- se han perdido y la sociedad enfoca la vida de otra forma, por eso ya que son muy pocas las parejas que se casan bajo estas circunstancias y son menos a las que les va bien.
Hacerlo así, es como condenar a un par de jóvenes a un probable fracaso. El hijo necesita unos padres comprometidos más que una pareja casada, que termine en fracaso matrimonial.
Y es lógico que con personas demasiado jóvenes, cuyo nivel de madurez es muy insuficiente para afrontar una responsabilidad de este tipo. Todo tiene su tiempo y su edad, y la responsabilidad que requiere una familia difícilmente se tiene a los 18 ó 20 años. Esa es edad para otras cosas y no para jugar a ser una familia.
Pero que sucede cuando ya pasamos los 30 o los 40, estamos solteras, de novia o comprometidas y ¿quedamos embarazadas?… Tomar una decisión tan importante como lo es el casarte no es cualquier cosa. Debes tomar las cosas en serio y con calma; y si un bebé está en camino ¡con más razón debes tomar tiempo para pensarlo!
La familia, las costumbres y las tradiciones sociales regularmente nos dicen cómo y hasta cuándo se deben hacer algunas cosas en nuestra vida, sin embargo, a veces las cosas no resultan como las habíamos planificado y cuando hablamos de matrimonio y bebés no siempre llegan en ese orden.
Muchas mujeres sueñan con una boda de ensueño, la luna de miel, una casa, una vida encantadora juntos y como cereza en el pastel, la llegada de los bebés pero por diferentes circunstancias las cosas salen justo al revés.
Partamos de la idea que un precioso bebé se adelantó a tus planes y que estás en la disyuntiva de casarte o no. Si ya de entrada tienes la duda, amiga mía, tenemos mucho de qué hablar.
No dudes en casarte cuando ambos están enamorados; contentos; ya tenían planes de boda; ya estaban comprometidos y ahora, la noticia del bebé solo ha significado alegría para ambos. Tal vez el único trago amargo sea hablarlo con la familia, pero te aseguro que tu familia entenderá. A veces les toma tiempo pero siempre funciona.
Piénsalo con calma y objetivamente, ya que cuando él no quiere casarse; cuando las dos familias se oponen rotundamente; cuando no estás segura de su amor o si tú estás muy enamorada, pero él no o él no muestra gran deseo de comprometerse a fondo, no tiene caso que sigas adelante con ese plan.
Muchas mujeres cometen el error de casarse a sabiendas que él no es el hombre de su vida; que no las hace felices o que ni siquiera desea que tengan al bebé; que lo hacen por cubrir las apariencias o con la falsa idea de que una vez que nazca el bebé, él cambiará o cosas así. Y todos sabemos que eso no es cierto.
Si tienes dudas es mejor que esperes a que el bebé nazca y puedas pensar y asegurarte de tomar la mejor decisión para ambos.
Para casarte debes estar en el balance perfecto del amor, el enamoramiento y la cordura. La presión social, el deseo de que tu hijo nazca y tenga un padre y la vergüenza personal no deben de ser factores que consideres determinantes en tu decisión de contraer matrimonio.
Y si hay algo que te inquieta, algo que reiteradamente en tu corazón te pide que esperes, hazlo. Tu condición y calidad de mujer no es menor, no pierdes valor, ¡al contrario! Llevas una nueva vida en tu ser y tu valor ahora es incalculable y el hombre que pueda ver y entender eso será el elegido de tu corazón y no te defraudará.
Como siempre tengo mis mejores deseos para ti, ámate, respétate y sobre todo edúcate que nunca es tarde
Hasta la próxima!!!
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