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Palabras del Editor

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Este día 25 de diciembre, como cada año, el mundo cristiano está de fiesta, pues se celebra un aniversario más del nacimiento de Jesús, lo cual en teoría debiera ser motivo de gran regocijo,

 
Este día 25 de diciembre, como cada año, el mundo cristiano está de fiesta, pues se celebra un aniversario más del nacimiento de Jesús, lo cual en teoría debiera ser motivo de gran regocijo, sin embargo es triste darse cuenta que a la mayoría de nosotros se nos olvida invitar al cumpleañero  la fiesta que supuestamente hacemos en su honor.
Nos quejamos de que la economía está mal, de que el dinero no nos alcanza o no lo tenemos, pero a pesar de eso, en estos días la gente hace muchas compras, hay anuncios por todas partes no se habla de otra cosa que no sea la Navidad, pero inmersos en ese desenfrenado ir y venir nos olvidamos del verdadero significado de la época y es que, a pesar de lo que muchos piensan, Navidad no es sinónimo de regalos, ni de fiestas, ni de poner arreglos o adornitos en el árbol, la palabra Navidad significa Natividad, es decir, el nacimiento de Jesucristo, pero eso es algo que, insisto, a la mayoría se nos olvida.
  Por ello les invito a que reflexionen por unos momentos en el siguiente texto de autor anónimo, palabras que con un poco de imaginación y buena voluntad pudiéramos decir que vienen de quien es el festejado cada navidad. La reflexión se titula…:  MI CUMPLEAÑOS ESTE AÑO
 Como sabrás, nos acercamos nuevamente a la fecha de mi cumpleaños. Todos los años se hace una fiesta en mi honor y creo que este año sucederá lo mismo.
 Para esa fecha mucha gente se reúne y se divierte a lo grande, aunque pocos recuerdan de que se trata y peor aún, hasta parece que hoy en día pocos saben qué celebran, no obstante es agradable saber que al menos un día al año algunas personas piensan un poco en mí.
 Recuerdo el año pasado, al llegar el día de mi cumpleaños hicieron una gran fiesta en mi honor. Habían cosas deliciosas en la mesa, todo estaba decorado y habían muchos regalos, pero ¿sabes una cosa?… Ni siquiera me invitaron a la mesa, ni pronunciaron mi nombre, y eso que yo era el invitado de honor y la fiesta era para mí y cuando llegó el gran día… me dejaron afuera, me cerraron la puerta… yo quería compartir con ellos los alimentos, la alegría, pero no fue posible.
 La verdad no me sorprendió porque en los últimos años todos me cierran la puerta. Como no me invitaron, se me ocurrió estar sin hacer ruido, entré y me quedé en un rincón.
 Estaban todos brindando, había algunos ebrios contando cosas, riéndose, la estaban pasando en grande, para colmo llegó un viejo gordo, vestido de rojo, con barba blanca y gritando ¡¡¡¡JO,JO,JO!!!!, parecía que había bebido de más… se dejó caer pesadamente en un sillón y todos corrieron hacia él diciendo ¡¡¡Santa, Santa!!!, como si la fiesta fuera en su honor.
 Dieron las doce de la noche y todos comenzaron a abrazarse, yo extendí mis brazos esperando que alguien me abrazara, pero ¿sabes?….  ¡Nadie me abrazó!
 De repente todos empezaron a repartirse los regalos, uno a uno los fueron abriendo hasta terminarse. Me acerqué a ver si de casualidad había alguno para mí, pero no había nada. ¿Que sentirías si el día de tu cumpleaños se hicieran regalos unos a otros y a ti no te regalaran nada? Comprendí entonces que yo sobraba en esa fiesta, salí sin hacer ruido, cerré la puerta y muy triste me retiré…
Por eso nuestro mensaje, amigo lector, es que a ti no te pase lo mismo esta Navidad, aunque sea por unos momentos, pero invita al “cumpleañero” a tu mesa, invócalo, agradécele lo que te ha dado y te aseguramos que sin importar el valor o calidad de los platillos, tu tendrás una… Feliz Navidad!!!… que es justo nuestro mejor deseo para usted y su familia en esta fecha.
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