Lo que sucedió aquel fatídico día de diciembre de 1945 en el Triángulo de las Bermudas ha dejado a muchos con más dudas que respuestas. Estos sucesos tan extraños y sobretodo tan increíbles
Lo que sucedió aquel fatídico día de diciembre de 1945 en el Triángulo de las Bermudas ha dejado a muchos con más dudas que respuestas. Estos sucesos tan extraños y sobretodo tan increíbles provocaron que ni el propio servicio americano de guardacostas quisiera hacer ninguna declaración al respecto… El 5 de diciembre de 1945 a las 14:00 horas, cinco aviones TBM Avengers, con 14 hombres a bordo, habían despegado de la Base de Fort Lauderlade (Florida). Se trataba de un ejercicio rutinario, de pruebas con fuego real sobre unos islotes cercanos a las instalaciones militares.
Al mando del vuelo, clasificado como número 19 (V-19), iba el teniente Charles C. Taylor, veterano de la marina y piloto experimentado, pero que por razones nunca explicadas, aquella ocasión había solicitado al capitán Arthur A. Curtis, no participar en la citada misión aérea. ¿Quizás presentía el fatal destino que les aguardaba? La tripulación de cada uno de los aviones constaba de tres hombres, por lo que en total participarían 15. Cada uno de los aparatos había cargado gasolina suficiente para volar el equivalente de 1660 km.. Los motores, la radio y los equipos salvavidas fueron checados y reportados en buen estado. En el momento de dar el último aviso para despegar, sólo faltaba un hombre que, sintiéndose enfermo, se quedaría en tierra.
Los meteorólogos habían pronosticado un buen tiempo en toda el área de su recorrido. A las 2:00 de la tarde despegaron sin novedad los cinco aviones y, tomando en seguida la formación de vuelo, se lanzaron rumbo al mar a buena velocidad. Durante casi dos horas, el vuelo 19 se estuvo reportando con regularidad a su base. A las 3:45, un mensaje desconcertante cruzó el espacio hasta la torre de control: “Torre de control, torre de control, esta es una emergencia. Parece que nos hemos salido de curso”. “Parece que nos hemos perdido. No estamos seguros de nuestra posición ¡No podemos avistar tierra!”.
En la torre de control, el radio operador replicó sumamente extrañado: “¿Qué posición tienen?” uelo 19: “No estamos seguros de nuestra posición, Repetimos no podemos ver tierra. No sabemos si estamos sobre el Atlántico o sobre el Golfo…. A las siete y cuatro minutos de la tarde, se perdió todo contacto con la escuadrilla”. Temiendo por la vida de los militares, desde la base aeronaval de Río Banana, se envía un avión de rescate, un bimotor anfibio que también desaparece a los 27 minutos de abandonar la pista de despegue. Al día siguiente, el 6 de diciembre de 1945, la cúpula militar ordena un impresionante despliegue donde participaron aproximadamente 307 aviones, 4 destructores, 18 navíos de la Guardia Costera y un portaaviones. Pero nada!… Ningún vestigio o prueba del destino de los cinco aviones del Vuelo 19, ni del bimotor anfibio que había salido al rescate; parecía como si se los hubiera tragado el cielo… o el mar!
El enigma sobre el paradero y destino del Vuelo 19 comenzaba a forjarse… ¿Sobrevivieron los tripulantes del vuelo 19? Aunque tal posibilidad pueda parecer fantástica, existen indicios y testigos que aseveran que los militares embarcados en el V-19 pudieron sobrevivir al Triángulo de las Bermudas, siendo deliberadamente ocultados, y oficialmente dados por desaparecidos por la Fuerza Aérea Norteamericana. Esta teoría se basa en el hecho de que 3 días después de la desaparición cuando la búsqueda seguía en alta mar, un piloto de la “Eastern Airlines” el capitán J. D. Morrinson notificó a las autoridades competentes, que, mientras realizaba un vuelo rutinario, había visto extraños resplandores rojos en medio de un pantano en la costa, sobre las dos de la madrugada del sábado, a 16 km al sudoeste de Melbourne (Florida). Junto a las luces había podido distinguir las siluetas de varias naves. Inmediatamente se organizó una misión de rescate desde la Estación Aeronaval de Banana River.
El piloto del avión enviado al auxilio de los supuestos supervivientes, confirmó la presencia de resplandores a unos 80 km tierra adentro. Posteriormente, una densa y espesa niebla, que cubrió como un manto la zona, impidió a los aviones del ejército seguir con su rastreo. Sin embargo, esto no impidió, que, por tierra, se desplegaran varias unidades especiales equipadas con vehículos anfibios, lanchas de asalto, jepps, etc., que trataban de hallar a los supervivientes del V-19. Al parecer sin ningún resultado satisfactorio. Por su parte, la viuda del teniente Taylor, uno de los militares desaparecidos aquel día, esta convencida que hubo supervivientes y durante años reclamó explicaciones a la Marina. Según las indagaciones efectuadas por ella misma, las autoridades poseen informes que señalan que, desde el día 5 de diciembre hasta el día 9, se reportaron varios testimonios de civiles y personal cualificado que aseveraban haber observado bengalas de salvamento en distintos puntos de la costa pantanosa de Florida.
Aportaba como prueba el testimonio de un piloto de la “Pan American”, que el mismo día de la desaparición de la patrulla, informó haber visto varias bengalas verdes, hacia las 22:30, en los pantanos Everglades de Florida. No mucho más tarde de esta declaración, una testigo de nombre Sonderland, declaró que varias bengalas azules y verdes habían iluminado la noche desde unos 15 km al sur de Cristmas (Florida). También un conductor de autobuses hizo una declaración similares al afirmar que observó unas bengalas verdes en las inmediaciones de Fort-Myers (Florida). Y por si fuera poco este aluvión de testigos, un piloto comercial, desde la cabina de ENIGMAS Y MISTERIOS
El 5 de Diciembre de 1945, cinco aviones TBM Avengers con 14 hombres a bordo desaparecieron en el Triángulo de las Bermudas sin dejar huella alguna. Y aunque se les buscó con mucho esmero nunca se encontró rastro de ellos. Pero ahora han salido a la luz nuevos datos sobre este enigmático caso…
su aparato contempló 4 bengalas de color verde, sobre las 23:55 horas a 80 km de Tampa, en la misma dirección que apuntó el chofer de autobús. Ante las persistentes reclamaciones de la viuda respecto al “incómodo” asunto de las bengalas, La Marina manifestó que un ciudadano, un tal Sr. L. C. Smitch, se había dedicado durante varias noches, “con la ayuda de una potente lámpara de flash a cazar ranas” confundiendo a propios y extraños. ¿Es posible que existieran supervivientes del V-19?, ¿por qué la Marina les dio por muertos?, ¿de que fueron testigos aquel día?, ¿participaron en un proyecto ultrasecreto…?, ¿qué salió mal?… Estas y muchas otras preguntas y especulaciones quedaron al aire y sin respuesta oficial.
No fue sino hasta muchos años después de la controvertida desaparición, que un grupo de buscadores de tesoros
Comparte
Siguenos en Redes Sociales
El Aviso Magazine El Aviso Magazine El Aviso Magazine