El burro Pancho, el cuarto de una estirpe de asnales bebedores con abolengo, se toma quince cervezas por día…EN SERIO!
El burro Pancho, el cuarto de una estirpe de asnales bebedores con abolengo, se toma quince cervezas por día…EN SERIO!
Pancho, que ocupa el cuarto lugar en tan noble dinastía de “pollinos bebedores” es un alegre burriquito que trabaja en la villa turística de Mirador de Mayabe y, según indica el diario oficial cubano “Juventud Rebelde”, y tiene un récord en una jornada de trabajo de 19 botellas de cerveza (su promedio es de quince por día) que se toma con sus correspondientes patatas fritas y chicharrones, y aunque esto a los turistas les parece fabuloso, en realidad no lo es tanto, comenta José Sera, encargado de los dos últimos burros. “Este es bueno, pero no es rival para el primero de la dinastía”. José dice conocer la historia de tan singulares burros tomadores, todos ellos llamados Pancho.
El primero de los pollinos comenzó su tarea de entretener a los turistas por iniciativa de un estadounidense que vio como aquel burro se llegaba a pimplar (tomar) 36 botellas en una juerga, ya antes de que en 1972 el Mirador abriera sus puertas. El continuador de la dinastía de estos burros tomadores, Pancho II, se fue a la tumba con el nada despreciable récord de 60.000 cervezas en 30 años de duraron sus quehaceres como relaciones públicas del balneario y una marca sólo al alcance de un animal, la de ingerir 46 destilados de cebada en un día.
Luego llegó Pancho III, este definitivamente no estuvo a la altura de su padre y abuelo, ya que si bien tomaba una buena cantidad de cervezas, seguido se quedaba dormido a la orilla de la playa, totalmente borracho y no había poder humano que lo moviera. Terminó despeñándose por un desfiladero -no se sabe si en horario de trabajo.
Cuando el año pasado entró al relevo Pancho IV, se notó que a diferencia de los anteriores, éste “se toma con más calma su trabajo”, además de que es el primero de los Panchos que cuenta con un veterinario de cabecera. José Sera, nieto, es el encargado del pollino, dice que tiene madera, y que inclusive ha habido turistas que quieren comprarlo para llevarlo a otro país, pero desde luego, dice, Pancho IV, no está en venta
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