Un hombre en Nueva Zelanda se llevó el gran susto de su vida, al recibir, por parte de su fiel mascota canina un disparo, y nada menos que en las pompis… ¡En serio! El hecho se considera uno de…
Un hombre en Nueva Zelanda se llevó el gran susto de su vida, al recibir, por parte de su fiel mascota canina un disparo, y nada menos que en las pompis… ¡En serio!
El hecho se considera uno de los accidentes más extraños de la década, algo que tiene a todos preguntándose… ¿Cómo sucedió?
Al parecer, (aunque es difícil de establecer a ciencia cierta) el hombre de 40 años que forma parte de un grupo de cazadores había dejado el rifle calibre 22 en el piso de la cabina del auto en que viajaban. El animal, al treparse al mismo, pisó el arma, accionando con una de sus patas el gatillo, con tanta puntería que el proyectil fue a dar directamente al trasero del desafortunado dueño.
La víctima fue traslada al hospital de Whangarei donde los cirujanos le extrajeron la bala y evoluciona favorablemente. Los paramédicos que lo atendieron explicaron que el proyectil partió del piso del auto atravesó el asiento y se alojó en la retaguardia del desafortunado cazador.
Esta historia nos da una moraleja: ¡Nunca debemos juntar perrillos con gatillos!
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