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Rinoceronte Blanco

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  En los últimos tiempos se ha abusado de diferentes formas de muchos animales y en gran medida por ello, hoy muchos de están en vía de extinción; Por eso presentamos esta serie.

   Este es uno de los animales más grandes y macizos de nuestro reino animal. Tienen la cabeza estrecha y muy alargada; su cara se prolonga mucho y sirve de base a un cuerno, a veces dos, situados uno detrás de otro; el cráneo, en cambio, está muy comprimido de delante hacia atrás, de manera que la frente desciende con una marcada pendiente. El cuello es corto y rugoso, más grueso que la cabeza, y se une al cuerpo sin apenas diferenciación. El cuerpo es robusto y macizo, tiene una cresta dorsal hundida en el centro y el vientre redondeado y un tanto colgante.

  Actualmente viven libres en Asia y en parte de Africa; sin embargo, en tiempos remotos estaban difundidos en un área mucho más extensa que comprendía gran parte de Europa. Hoy habita primordialmente en Sudán, en la República Centroafricana y al noreste, en parte del Congo, y también en Africa meridional entre los ríos Zambeze y Orange.

  En general, todos los rinocerontes se parecen, tanto por sus costumbres, cualidades, carácter y movimientos, como también por la forma de alimentarse. Este animal es un herbívoro en el verdadero sentido de la palabra; se alimenta únicamente de hierba y por eso prefiere vivir en las llanuras abiertas y no en los bosques.  Viven preferentemente en regiones muy ricas en agua, como zonas pantanosas, orillas de ríos que regularmente se desbordan, lagos rodeados de pastos fértiles, en bosques, riachuelos y en otros lugares semejantes. Sin embargo, las especies africanas también viven en lugares secos o herbosos

   El rinoceronte va una vez al día a beber y a revolcarse en el barro; un baño de fango es de absoluta necesidad para ellos, ya que, aunque su piel sea sumamente gruesa, es muy sensible a las picaduras de las moscas, de los tábanos y de los mosquitos; por ello intentan protegerse con espesas capas de fango.

  Los rinocerontes se muestran especialmente activos de noche, de día el calor excesivo les perjudica; por eso pasan las horas más calurosas durmiendo en algún lugar sombrío.

  Come ramas y toda clase de vegetales duros: por ejemplo, cardos, retamas, vástagos, cañas, carrizos, etc. El grito del rinoceronte consiste en un gruñido profundo, que se convierte en bufido atronador cuando el animal está encolerizado. En las zonas donde el rinoceronte vive en libertad este debe ser bastante frecuente, pues el animal se irrita con gran facilidad.

  Sin embargo, no es difícil escapar a la furia del rinoceronte, es por eso que el cazador experto deja que se le acerque; entonces le esquiva, y el animal pasa de largo sin modificar su trayectoria.

  La época del celo se inicia siempre con feroces peleas entre los machos embravecidos, por conquistar a la hembra. La gestación dura de diecisiete a dieciocho meses, al término de los cuales la hembra da a luz una sola cría, una criatura rechoncha, de las dimensiones de un cerdo semiadulto y que nace ya con los ojos abiertos; la cría tiene la piel rojiza, todavía desprovista de pliegues, y en su hocico apunta ya un pequeño cuerno.

  El hombre siempre ha sido el peor enemigo y depredador de esos animales; tiempo atrás las cacerías de rinocerontes eran más bien verdaderas matanzas; se les cazaba valiéndose de toda clase de medios: más primitivos los de los indígenas, más perfeccionados los de los europeos; pero todos ellos de una innegable e innecesaria crueldad. La caza llegó a ser tan despiadada que el número de rinocerontes decreció con alarmante rapidez. Y quizá la especie habría acabado por extinguirse de no haberse creado en Africa las famosas reservas que preservan a esos y a otros muchos animales de tantas y tan inútiles persecuciones.

  Este rinoceronte representa el caso feliz de una especie que se encontraba al borde de la extinción y que, gracias a medidas protectoras, sigue existiendo aunque en poca escala. Actualmente el aumento numérico de la especie es pequeño y por ello su supervivencia no parece correr peligro. Pero todavía no está dicha la última palabra, tenemos que tomar conciencia y cuidar a nuestro reino animal.

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