Por: Dr. Humberto Caspa
Después de la renuncia de John Boehner como jefe de la Cámara de Representantes del Congreso, son pocos los republicanos que se animan a reemplazarlo. Kevin McCarthy, jefe de su partido político, dijo que no está interesado. Paul Ryan, ex candidato a la vicepresidencia, está considerando no aceptar por cuestiones “familiares”.
¿Qué es lo que sucede?; ¿Por qué ningún representante republicano de renombre y con años de servicio en la Cámara Baja está dispuesto a tomar parte de un puesto político que, después del presidente, es el más importante del sistema político norteamericano?
Se necesita el apoyo de 218 votos de un total de 435 representantes para elegir al máximo líder de la Cámara de Representantes del Congreso. En este momento, los representantes republicanos gozan de una mayoría con 247 miembros, mientras que los demócratas tienen 188 representantes. Es decir, el Líder de la Cámara Baja forzosamente tiene que provenir del Partido Republicano.
Sin embargo, la elección de esta persona (Speaker of the House of Representatives) no es tan fácil como lo pintan. El hecho de que los republicanos tienen una mayoría no quiere decir que cualquiera de los representantes puede ser elegido para tomar esta posición política dentro del Congreso.
Al igual que la sociedad, existe una variedad de grupos de interés (caucuses) dentro de la Cámara de Representantes, quienes inciden específicamente en el nombramiento del máximo líder y, algunas veces, en los proyectos de ley que se gestan en el Congreso. Estos grupos de interés se forma en base a inclinaciones étnicas, como el Hispanic caucus, Black caucus, Asian caucus; o pueden también tener inclinaciones ideológicas, como Blue Dog Coalition, New Democrat Coalition, Republican Study Committee, Liberty caucus y Freedom caucus, entre otros.
Este último, el Freedom caucus, está compuesto por 40 miembros y prácticamente controla las elecciones del líder principal de la Cámara de Representantes. Todos sus miembros son productos de distritos electorales dominados por el Tea Party. Fue este grupo el que presionó la renuncia de John Boehner, y fueron también ellos quienes se opusieron a la candidatura de Kevin McCarthy. Y posiblemente es esta gente quienes no miran con buenos ojos la llegada de Paul Ryan a la jefatura de la Cámara de Representantes.
En este sentido, la Cámara de Representantes y, por ende, el Congreso, está secuestrada por un grupo cohesivo radical que “no muerde ni deja morder” “no hace nada ni deja hacer algo”. Durante la Administración Obama, esta gente también se opuso a todos sus proyectos ejecutivos, incluyendo a una reforma migratoria integral.
En las elecciones de noviembre del próximo año no sólo se elige al Presidente, sino también a una variedad de representantes a nivel local y nacional. Entre estos políticos, nosotros elegimos a nuestros representantes. Por eso es importante educarse con relación a la agenda de cada uno de los políticos. No vaya a ser que, por falta de información, estemos apoyando a uno de los miembros del Freedom Caucus.
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