Para llamar la atención la mujer se sale de su coqueteo natural, pero hay quienes exageran y esto, en vez de hacerlas ver sexy, les da imagen de vulgaridad. Debemos medirnos para no causar mala impresión
Algunas mujeres son algo atrevidas cuando quieren llamar la atención de un hombre. Y aunque dicha acción mezclada con coqueteo, más que sexy, las hace ver vulgares, en ocasiones muchas piensan que más vale ‘ser aventada, que quedada”… ¿Pero hasta dónde se debe ser atrevida con los hombres? ¿Esto es bueno o malo?
Cada mujer tendrá su propio punto de vista, pero en lo personal considero que todo debe tener sus límites y en una mujer los límites son dobles. Para hacernos notar no hay necesidad de vernos mal. Esto es lo que le aconsejé a mi amiga Elena después de verla en acción coqueteando con un muchacho, y aunque ella siempre dice no hacer nada, dejó al descubierto todo lo contrario.
Elena suele viajar mucho, cosa que es muy buena, pero lo malo de esto es que en cada viaje, deja siempre algún enamorado y no pasajero, sino de esos que la llaman todas las semanas, le envían mensajes a diario y hasta le mandan el pasaje para que vuelva a verlos. Las ofertas de salidas nunca le faltan, ni las llamadas conquistadoras ni las visitas inesperadas. De vez en cuando se le resucita algún ex con un ‘buen’ regalo.
Cada vez que me cuenta de un levante, con admiración le pregunto. “Pero Elena, por favor dime ¿qué es lo que haces?, porque por acá no cae mucho, o nada, mejor dicho”.
Sin embargo su respuesta siempre es la misma: “Nada, yo no hago nada, te lo juro”.
Por un momento llegué a pensar que su suerte era cosa del destino o congénita, pero esto cambió cuando la pillé en acción.
Un día fuimos Elena, María y yo al cine. Compramos los boletos, las palomitas y nos quedamos esperando a que la sala se desocupara para entrar. De pronto note que Elena se había quitado el abrigo. Y pensé “pero si no hace calor”, sin embargo no le tome mucha importancia. Pero mi otra amiga me dio un codazo y con una mirada alertadora me pidió que observara a Elena.
Ella, sin decirnos nada había visto aun chico guapísimo que estaba a poca distancia donde nosotras. Estaba simpático y parecía estar solo, algo que por supuesto Elena no desaprovechó. Lo miró de una forma que hizo que el hombre casi por impulso se acerca a ella sin decir nada, parece que no sabía cómo abordarla. Elena, como queriéndose hacer la desentendida, siguió la plática con nosotras, pero la mercancía estaba expuesta -a través del escote- y eso no se podía disimular.
El chavo seguía encaminándose poco a poco hacia ella, como si lo llamaran las sirenas. De pronto se le paró al lado una mujer. ¡Oh! El no estaba solo. Su acompañante, -también mujer a fin de cuentas- captó lo que estaba ocurriendo entre su chavo y mi amiga -no fue lenta como yo- y le dijo algo que hizo que el hombre se pusiera de todos los colores, pues era obvio que había pillado el movimiento tanto de él como de nuestra amiga.
Asombrada de lo que había visto le dije: “Oye, qué lanzada, el tipo tiene novia”.
Y la muy desvergonzada me respondió “Pero si yo no he hecho nada”. Elena se lamentó la pérdida, se puso el abrigo y siguió como si nada.
¿BUENO O MALO?
Como Elena existen muchas muchachas que con su dicho “Yo no hago nada” lo arreglan todo, pero ¡¡Ja!! Sí que hacen el ridículo.
Este comportamiento les viene tan fácil, y con tal naturalidad que muchas veces pasa desapercibido. Sin embargo, las personas que llegan a captar este tipo de acciones llegan a pensar que “son mujeres fáciles”, otras dicen que “quién sabe qué dan a cambio”. ¿Usted qué piensa?
Que esto se defina como algo bueno o malo depende mucho de la interpretación que cada quien le quiera dar, pero por mi parte tengo la leve impresión que esas habilidades se aprenden desde pequeña y que no llevan más que a la Soledad. Sólo espero que Elena no acabe así, aunque creo que inconscientemente sufre de esto, pues todavía está esperando al príncipe azul.
Y lo que me queda muy claro es que quien mucho pesca, es porque mucho sale a pescar y con buena carnada “atrapa” a muchos peces en el mar de la tentación, pero lo triste para ellas, es que la mayoría de los peces huyen en cuanto se dan cuenta del carácter moral de la pescadora…•
Por: SP
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