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SI MI HIJO/A ADOLESCENTE SE ME ENFRENTA, ¿QUÉ DEBO HACER?

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Algunos padres de chicos adolescentes se enfrentan a un problema que hasta hace unas 2 o 3 décadas era impensable. ‘Que sus hijos se les pongan de tú a tú….’ La mayoría de estos padres no saben qué hacer o cómo reaccionar ante esto
La adolescencia es una etapa complicada, tanto para los jovencitos, como para los padres. Y es que para ellos, es una época de cambios constantes, físicos, emocionales y mentales.
La rebeldía es una de las señas de identidad de la adolescencia. Esa característica de enfrentamiento a todo y ante todos puede tener aspectos positivos para la vida de los chicos, si sabemos encauzarla bien. Pero, a la vez, la necesidad que tiene el adolescente de desafiar las normas provoca enfrentamientos con sus padres.
Dejar pasar los enfrentamientos que son de menor importancia
Un consejo es que los padres dejen pasar los enfrentamientos que no tienen importancia para la educación o para la seguridad de sus hijos.
Aunque esos padres opinen que la moda que le gusta a su hijo o hija es horrible, quizá es más efectivo no pelearse con ellos para cambiar sus gustos. No sólo eso, siempre que esa moda no provoque ningún problema, es bueno que ellos sean los que definan su imagen.
¿Qué hacer cuando los enfrentamientos si son verdaderamente importantes?
Hay veces que el nivel de desafío de algunos adolescentes llega a lo intolerable. En esos casos hay que actuar inmediatamente. No es bueno dejar pasar tiempo pensando que ya cambiará o que es una época que pasará.
Aunque muchas veces los padres no saben realmente cómo actuar ante estas situaciones, es bueno que los padres sigan una serie de pasos:
Mantenerse serenos
Por muy irritados o enfadados que esté el padre o la madre, se debe hace un esfuerzo por mantener la serenidad. Estar plenamente conscientes, y conseguir que sus hijos también lo estén, de que como padres son los responsables del bienestar y la educación de los hijos. Por eso deben poner reglas y los hijos tienen la obligación moral, familiar y socialmente de obedecerlas. Pero siempre el padre debe mantener o tratar de mantener la serenidad, aunque los enfrentamientos con sus hijos sean continuos.
También deben abandonar sus miedos, el miedo a hacerlo mal, el miedo a que más tarde el hijo/a les reproche algo, el miedo de culpabilidad, etc.
Asegurarse de que las normas están claras. A veces que los adultos creemos que los chicos han entendido lo que se les pide y no es así. Por ejemplo si le decimos que se ocupe de un hermano pequeño, puede creer que lo que queremos es que eche un vistazo. Pero si lo que queremos es que juegue con su hermano o le ayude con la tarea escolar debemos especificarlo claramente.
Ser firmes
Es importante ser firmes en las decisiones con los adolescentes. La disciplina es fundamental para su desarrollo. Ellos necesitan normas, exactamente igual que cualquier sociedad necesita normas. Podemos explicarles eso para asegurarnos de que también entienden que vamos a ser firmes, que las normas se imponen para cumplirlas y que cuando no se cumplen, esa actitud tiene consecuencias.
Imponer castigos ajustados a las faltas.
No se deben improvisar los castigos en un momento de enfado. En esos momentos los padres suelen ser poco justos y los resultados pueden ser muy negativos. Es mucho más práctico que los castigos por incumplir las normas se dejen claros al mismo tiempo que se negocien estas. Debemos buscar además castigos que sean efectivos y que les permitan entender la importancia de la regla que se han saltado. Por ejemplo, si la hora de llegada de nuestro hijo son las diez de la noche de los sábados y un sábado llega a las once, probablemente el castigo debería ser leve, quizá madrugar a la mañana siguiente para llevar al hermano pequeño al parque. Pero si la regla que se ha saltado es la de que en ningún caso se debe conducir si se ha bebido alcohol, quizá retirarle durante un tiempo la licencia para manejar el coche sea lo más adecuado.
Asegurarse de que cumplen las sanciones
Es importante que cuando han incumplido una de las normas, nos aseguremos que de cumplen la sanción impuesta. Si no lo hacemos, las reglas dejan de tener valor porque los chicos pensarán que no siempre es importante que las cumplan.
Cuándo buscar ayuda. Hay veces que incluso siguiendo todos estos pasos, el comportamiento de los hijos adolescentes no es el adecuado. En ocasiones los chicos o chicas comienzan a tomar alcohol o drogas o a mostrar actitudes violentas. En esos casos, lo mejor que pueden hacer los padres es buscar ayuda profesional, hablar con un médico o un terapeuta que les indique cuál es el mejor camino a seguir para solucionarlo.

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