Un obrero estaba tan harto de que su hijastra, Susan Anderson, de 17 años de edad, lo insultara y tratara mal, que un día, la tomó de las solapas de la blusa. Le dio unos cuantos bofetones en la cara,
Un obrero estaba tan harto de que su hijastra, Susan Anderson, de 17 años de edad, lo insultara y tratara mal, que un día, la tomó de las solapas de la blusa. Le dio unos cuantos bofetones en la cara, la asfixió hasta que ésta perdió el sentido, metió su cuerpo en un tambo de plástico y finalmente la dejó abandonada en las vías del tren, según informa la policía del precinto 18, en un suburbio de New Jersey.
Horas después, la chica recobró el sentido, sólo para escuchar el amenazador silbato del tren que se acercaba. Con una sangre más fría que la de Houdini, Susan logró salir del tambo, segundos antes de que fuera arrollada por la máquina. La chica caminó tambaleante hasta la primera casa que encontró, donde fue auxiliada. Horas más tarde, la policía arrestó al abusivo sujeto, quien … EN SERIO!! sólo dijo: “Le di su merecido por irrespetuosa”.
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