Quiiiuuuboeeé razaaaa!, qui’onda, cómo se la están pasando con este sabrosón frillito, bien? Espero que sí y que los estén disfrutando, digo a quienes les gusta el clima fresco.
Hoy, en lugar de un chistorete sangrón, les voy contar la anécdota que una amigoschia leitora me mandó hace algún tiempo, pero aclara que no le pasó a ella, sino a alguien más ..-hmmm!-, sea como sea, así lo narra.
“Una noche, salí de la ducha… me miro al espejo y pienso en voz alta:
-! Qué bueno sería tener unas tetas más gordas!-.
Mi marido, que ha oído el comentario, en lugar de decir lo de siempre: “No es verdad”, comenta:
– “Si quieres que te crezcan debes ponerte un buen trozo de papel de baño entre las tetas durante algunos segundos”.
Con muchas dudas, pero decidida a probar eso, agarré un buen trozo de papel higiénico y me lo paso entre las tetas durante algunos segundos. Después le pregunto:
– “¿Durante cuánto tiempo lo tengo que hacer?”.
Y él me contesta: – “Tienes que hacerlo todos los días durante varios años”.
Le digo: – “¿Tú estás seguro que haciendo esto durante unos años éstas me crecerán?”
Y él me respondió:
– “Pu’s creo que sí… si te ha funcionado en el culo ¿Por qué no te va a funcionar con las tetas?”
…. A mi marido le siguen arreglando los dientes y todavía está rehabilitación, quizás vuelva a caminar!!!
ji, ji, ji, así que ojo ‘e chícharo mis tornillitos, porque no siempre es bueno ser muy honesto y menos con la liona!
Y hablando de chícharos, frijoles llenos de gorgojos, oigan, ya casi nos llegó Navidad… ¡otra vez!
Hiiíjoleee, pero si apenas acaba de pasar el día del pavo y zas!, empieza la temporada decembrina y de compras, que a propósito, con eso del viernes negro (y con eso de que el año pasado no hubo por lo de la pandemia), ah!, qué _inche bronca y puro embarque con los dizque ahorros… ¿a poco no?
Desde la noche anterior algunos _inches locos se forman en la puerta a esperar que abran las tiendas, pero no no’más eso, hay otros que hasta se llevan su carpa de campaña y la ponen en la banqueta ¿los han visto?… Cuando yo los miro, no puedo evitar pensar: ¡qué maaa_mucas!… y es que la neta, eso a mí me parece una ridiculez, por eso yo llego mucho después (eso sí, antes de que salga el sol, je, je)…
Pero fíjensennn que este año, me quería mercar (comprar, pues) un traje porque me invitaron a un bodorrio y el que tengo ya brilla de tanta planchada, así que jui al mol, esperando que por la crisis no hubiera tanta gente, pero hmmm!, ilusiones mías, aquello estaba igual que hace dos años, que también jui.
Total, cuando vi los precios ‘rebajados’, me dolió el codo, así que no compré a lo que iba, ahh!, pero eso sí, al ver algunas cosillas que estaban con 60 y 70% off, pos las merqué!…. lo malo es que no las necesitaba!
Y mientras esperaba que ‘me hicieran el favor’… de cobrarme los 50 dólares que costaba lo que compré (porque parece que le hacen a uno el favor), despistadamente empecé a observar a las personas (sus caras, -y algunos cuerpos-) de quienes pasaban por ahí… Algunos se veían felices, -sobre todo mujeres-, en cambio otros -hombres-, se les veía cara de fastidio, de molestia, de nerviosismo, de cansancio, etc. etc.
“No cabe duda, pensé, que estos días y hasta que llegue la Navidad son tiempos que nos exigen mucha más energía… y dólares!”
Y mientras manejaba rumbo a casa, iba pensando que aún me faltaba comprar el tacuche! ah!, pero iba rete contento porque me había ahorrado una buena lana con los súper descuentos que agarré en lo que compré, aunque… mmm!, pa’qué _ingaos compré calzones y camisas, si tengo un _ingo de los dos!!!
Eso me hizo pensar en escribir esto pa’ recomendar a mis tuerkitas y tornillitos, que se cuiden del ‘‘síndrome del ahorro _indejo’’, comprando artículos que no se necesitan, pero que como te ofrecen grandes descuentos, no puedes resistirte y te embarcas a lo güey, y lo pior es que muchas veces, terminas ‘arrinconando’ por meses ese disque ahorro, que hiciste!
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