Nacido en Edimburgo, Escocia el 22 de Mayo de 1859, este médico, novelista y escritor británico, cultivó preferentemente el género policíaco, Y debido a su inclinación por el espiritualismo,
Nacido en Edimburgo, Escocia el 22 de Mayo de
1859, este médico, novelista y escritor británico,
cultivó preferentemente el género policíaco.
Y debido a su inclinación por el espiritualismo,
incluye en algunas de sus obras más importantes
a este género.
¿Quién no tiene una anécdota para contar? En general, todos tenemos por lo
menos una, lo suficientemente rara, ingeniosa, graciosa o curiosa para recordarla
el resto de nuestras vidas.
Conozcamos pues, algunas de las Anécdotas y Genialidades del creador de
dos personajes inmortales: Sherlock Holmes (el detective) y su inseparable amigo
el doctor Watson, nos referimos a: Sir Arthur Conan Doyle.
Sagacidad – Lección
En cierta ocasión, Conan Doyle estuvo de visita en Boston para ofrecer una
serie de conferencias. Al llegar a la ciudad abordó un taxi hacia el hotel.
Al llegar, el taxista se negó a cobrarle, aduciendo:
– Preferiría que, en vez de pagarme, me diera usted una entrada para su conferencia
de esta tarde.
– ¿Cómo sabe usted quién soy?
– Muy sencillo y elemental, amigo Watson. Sabemos que está usted en Boston;
en las solapas de su abrigo veo un polvo que me parece de Nueva York, en
donde ha estado usted anteriormente; el cabello lo lleva usted cortado como
lo cortan en Filadelfia, donde también ha dado usted conferencias y en sus
zapatos…
– Es usted más sagaz que mi Sherlock Holmes, comentó el escritor.
– Mucho más. Y eso que aún no se lo he dicho todo. Aunque a decir verdad,
mi poder de deducción empezó al leer la tarjeta de su maleta en donde está
claramente escrito: “Conan Doyle”.
Conan Doyle se echó a reír, ante la inesperada ocurrencia:
Consciencia – Culpabilidad
Contaba Doyle, que una vez mandó a muchos amigos el mismo telegrama,
redactado así: “Huye inmediatamente: todo se ha descubierto”. Y que algunos
de los que recibieron el telegrama habían desaparecido de sus domicilios…
hasta su propio mayordomo!
Ingratitud – Desilusión
En el libro Lew Nouvelles litteraires se refirió esta anécdota de Conan Doyle:
En los Estados Unidos fue detenido y juzgado un tal Slater. Se le condenó a
trabajos forzados por homicidio y robo. Doyle, que seguía en la prensa todos
los casos de crímenes, juicios y condenas, sospechó que se había cometido un
error y que Slater era inocente.
Entonces el novelista, apasionado por todo aquello que estuviese relacionado
a los casos detectivescos, se ocupó personalmente del caso, y pidió una revisión
del mismo. Se encontraron nuevas pruebas a favor de la inocencia de Slater,
y no sólo fue puesto en libertad, sino también indemnizado con setecientos
dólares. Entonces Doyle le escribió a Slater una nota en estos términos: “Lo
menos que puede hacer ahora es indemnizarme a mí por los mil dólares que
he gastado en obtener la revisión del proceso”.
A lo que Slater le contestó que no pensaba darle ni un centavo, diciéndole:
“Si quería que se le pagara lo que gastó, debió haber solicitado mil setecientos
dólares de indemnización total!
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