El pasado martes por la noche vimos al presidente Barack Obama por última vez dando su reporte al Congreso sobre el Estado de la Unión. A su derecha, como es habitual, se encontraba el vicepresidente Joe Biden y, por primera vez, a su izquierda, se vio al jefe la Cámara de Representantes Paul Ryan.
Seguramente fue una posición incómoda para el flamante manda-más de la Cámara de Representantes. Su ilusión no era precisamente estar al lado izquierdo del Presidente, sino al otro lado. Quién sabe; tal vez su sueño era (puede ser que todavía siga siendo) estar dirigiendo el Congreso en el puesto que hoy le corresponde al presidente Obama.
El simbolismo de la posición de izquierda de Biden y de derecha de Ryan se pronunció durante el gobierno de Obama. En ninguna otra administración presidencial se sintió tanto rencor del uno al otro.
En su último pronunciamiento ante el Congreso, el Presidente no simplemente hizo notar esta situación incómoda de derecha-izquierda del país, sino que sus palabras criticaron este tipo de actitudes en el Congreso.
Los políticos en Washington deben “resolver la política [del país]” y la gente que es elegida por el electorado tiene que comprometerse a sostener “debates racionales y constructivos”, manifestó.
El país está tan dividido ideológicamente que la población en general piensa como un hecho que los intereses de los partidos son más importantes que los intereses de la población. En este sentido, la unión del país y la resolución de los problemas de derecha-izquierda son los grandes retos a resolver, según la perspectiva del Presidente.
Concluida su presentación, la gobernadora del estado del Sur de Carolina Nikki R. Haley fue la encargada oficial de los republicanos de responder el discurso del Presidente. Sus palabras también hicieron eco la división ideológica del país. No solamente culpó a los demócratas por esta situación, sino también a los miembros de su partido.
“Tenemos que ser honestos unos con los otros y con nosotros mismos…Los demócratas en Washington deben asumir responsabilidad por los problemas que enfrentamos en el país… No son solamente ellos los culpables”, puntualizó.
Asimismo, los reclamos de Obama también se enfocaron en la forma cómo los demócratas y republicanos perciben la problemática del país con relación a las políticas internacionales.
Mientras los candidatos republicanos sienten que los terroristas “islámicos” del ISIS están debilitando el Estado de la Unión Americana, los demócratas creen que el poderío de este grupo está “inflado” por los candidatos republicanos a la presidencia.
Obama rechazó la idea de que el “estado” islámico de ISIS esté causando un problema existencial a los Estados Unidos. Es decir, no es como la derecha lo pinta. No están ocasionando una tercera guerra mundial. No es un enemigo implacable. “Crea problemas, sí”, dijo el Presidente, pero no es un enemigo que hará desaparecer el país.
“El hecho de que nosotros pensemos que ISIS es muy fuerte es justamente el objetivo central de esta organización terrorista”, aseveró
Fue uno de los mejores discursos de su Administración frente al Congreso. No tuvo el peso de ser reelegido y dijo las cosas por su nombre.
Es hora de que la clase política del país deje de pensar en términos ideológicos y se dedique a resolver los problemas que enfrentamos.
Humberto Caspa, Ph.D., es profesor e investigador de Economics On The Move. E-mail: hcletters@yahoo.com
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