El bruxismo nocturno, un movimiento inconsciente, intenso y rítmico de los músculos de la masticación, que hace que apretemos o rechinemos los dientes mientras estamos dormidos, puede aparecer o empeorar debido a múltiples factores, y reducirse o mejorar aplicando una serie de medidas preventivas.
Nuestro cuerpo no siempre se queda quieto mientras dormimos y a veces puede mantenerse muy activo sin que nos demos cuenta.
Si el bruxismo es muy intenso, puede interrumpir el sueño, impidiendo su función reparadora y de descanso, según la CUN.
El estrés y la situación de incertidumbre provocados por la pandemia de covid-19 y los meses de confinamiento, han provocado un aumento de los casos de este trastorno, en el que la salud mental juega un papel importante, según la información que maneja la plataforma de farmacia y parafarmacia en línea DosFarma (www.dosfarma.com).
“El bruxismo es un trastorno invisible, pero muy común. Puede convertirse en un auténtico problema”, explica Amanda Dutruc, farmacéutica de Dosfarma. Por eso siempre es recomendable acudir con frecuencia al dentista, quien podrá determinar si hay demasiado desgaste en los dientes y diagnosticar un posible bruxismo, según esta experta farmacéutica.
El equipo de farmacéuticos y asesores médicos de Dosfarma describe algunos de los factores más comunes que pueden hacer que el bruxismo aparezca o empeore:
ESTRÉS MENTAL.
La tensión que se acumula en el cuerpo debido a las situaciones de estrés puede manifestarse haciendo que la persona rechine sus dientes.
PERSONALIDAD INQUIETA.
Algunas personas aprietan la boca sin darse cuenta cuando se concentran profundamente, y otras, con tendencia a la hiperactividad, no pueden permanecer quietas y siempre tienen alguna parte de su cuerpo en tensión.
SUSTANCIAS DESENCADENANTES.
El bruxismo puede ser el efecto secundario de algunos medicamentos, por ejemplo antidepresivos, mientras que el consumo de alcohol, tabaco o bebidas energéticas puede favorecer su aparición o empeoramiento.
ALINEACIÓN DENTAL.
Los problemas dentales o la mala alineación de la dentadura provocan una mordida desencajada, que la persona intenta corregir de modo inconsciente, tratando de encajar los dientes sin conseguirlo, apretándolos y rechinándolos constantemente.
TRASTORNOS DEL SUEÑO.
El insomnio, y el estrés que provoca, así como la apnea del sueño (detención repetida de la respiración) influyen en la tensión de la mandíbula durante la noche.
Por otra parte, Dutruc y el equipo de Dosfarma explican algunas sencillas medidas que podemos adoptar y que contribuyen a reducir el bruxismo y sus consecuencias:.
ACUDIR AL DENTISTA CON REGULARIDAD.
Un tratamiento habitual cuando se diagnostica el bruxismo es el uso de una férula de descarga, una especie de protector bucal que la persona se coloca sobre los arcos dentarios y diseñado para que sus dientes no choquen entre sí. Esta férula ayuda a que los músculos se relajen y evita el desgaste dental, aunque no hace que se deje de apretar los dientes.
EVITAR EL ALCOHOL Y LA CAFEÍNA.
Es importante reducir el consumo de estas bebidas, y en general.
DEJAR LA GOMA DE MASCAR.
Masticar chicle aumenta la carga sobre la mandíbula y crea una tensión que el cuerpo puede liberar después rechinando los dientes por la noche.
REDUCIR EL MORDISQUEO.
También es aconsejable controlar el hábito de mordisquear un objeto (un bolígrafo, por ejemplo) cuando se piensa y no abusar de los alimentos duros o crudos, que puedan elevar la tensión mandibular.
APLICAR TEMPERATURA.
La aplicación de calor o frío (mediante parches o bolsas especiales que se introducen en el horno microondas o el congelador) ayuda a calmar y relajar las molestias de los músculos, ya sea del cuello, la espalda o la mandíbula. Se recomienda aplicar calor para aliviar los dolores y las contracturas musculares (siempre que no haya inflamación) y aplicar frío puntualmente (solo cuando haya inflamación) para aliviar la sensación de dolor y desinflamar la zona afectada.
CUIDAR LA POSTURA.
Mantener una buena postura durante el día ayuda a relajar los músculos del cuello y de la espalda, que suelen sufrir tensiones.
HACER ESTIRAMIENTOS Y RELAJACIÓN.
Hay una gran variedad de ejercicios que ayudan a destensar los músculos y se pueden practicar con el asesoramiento de un fisioterapeuta, quien también puede asesorarnos sobre nuestra higiene postural, según Dutruc.
Pablo Gutman / EFE Reportajes
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