Su suegra no la quiere

 Salir avante de problemas no es sencillo, en especial si no se cuenta con ayuda. Por eso la “Doctora Consejos”, es una sección que espera ser una guía para quienes no encuentran la salida. El caso de hoy es:

Por: Doctora Consejos

Querida Doctora Consejos:

Yo tengo 20 años casada con mi esposo. Nos casamos después de cinco años de novios y ahora tenemos dos hijos ya grandes. El tema es que mi suegra no me quiere y nunca me ha querido. Mi esposo la quiere mucho y se da cuenta de todas las groserías que me hace su mamá, pero de todos modos me pide que vayamos a verla.

   Ella hace cosas como que platica con él y me da la espalda, o a la hora de servir la comida, pone lugares en la mesa para todos menos para mí, y les sirve a todos menos a mí, habla mal de mí con mi esposo. Yo ya no sé qué hacer. Cuando recién la conocí, traté de ganármela, con invitaciones y regalos, pero solamente aceptaba los regalos y las invitaciones y de todos modos hablaba mal de mí con mis cuñadas y con mi esposo. 

   A mí me da mucho coraje verla y más coraje me da que mi esposo insista en que vaya a visitarla. Para recibir malos modos, mejor prefiero no ir a su casa. Pero luego pienso que mi esposo la quiere mucho y que es la abuela de mis hijos y no se qué hacer. Dígame qué piensa. Gracias. La Nuera

Querida Nuera:

  Yo creo que has sido una persona prudente por todos estos 25 años de conocer a tu suegra. 

 Me gusta mucho que reconozcas y aceptes que tu esposo la quiere y que ella tiene un lugar en su vida y en la de tus hijos. Eso, definitivamente, habla muy bien de tu persona.

 Mi opinión es que lo que te hace infeliz no es que ella no te acepte, sino que tú no has aceptado el hecho de que ella no te quiere. Si tú aceptas que ella nunca te va a aceptar ni te va a querer, no importa lo que hagas, entonces vas a dejar de sufrir y vas a poder visitarla con un corazón sereno y resignado.

 Y si aprendes a verla con aceptación, entonces sus actitudes dejarán de molestarte.  Y aquí te va mi consejo: sigue visitándola y tratándola con amabilidad y gentileza porque eso le hace bien a tu esposo, a tus hijos y a los nietos que llegues a tener. Recuerda que tus hijos están aprendiendo de tu ejemplo. Además, un acto de bondad siempre regresará a ti, quizá no de la misma fuente, pero sí de otros lados.    Te felicito y te deseo buena suerte.