Una gata se había enamorado perdidamente de un apuesto príncipe, por tal motivo rogó a un hada que la convirtiera en una mujer.
Una gata se había enamorado perdidamente de un apuesto príncipe,
por tal motivo rogó a un hada que la convirtiera en una mujer.
El hada, apiadada de su pasión, la transformó en una hermosa doncella.
El joven al verla, la encontró tan bella que quedó prendado de
ella, por eso muy pronto se casó con la agraciada joven.
Hallándose los recién casados en su palacio, el hada quiso saber si
la gata, al mudar de cuerpo, había cambiado asimismo su forma de
ser y de pensar. Para ello, soltó a un tranquilo e indefenso ratoncillo
en el gran salón donde se encontraba la joven.
Esta, olvidando su nuevo estado como ser humano, se levantó precipitadamente
y corrió tras el roedor tratando de asustarlo.
Enfadada contra su protegida, el hada levantó su varita y diciendo
unas palabras mágicas, le quitó la belleza que ahora tenía y la devolvió
a su apariencia anterior.
Moraleja: Si con gratitud no sabes proceder,
de buenas y grandes cosas te pudieras perder!
Siguenos en Redes Sociales
El Aviso Magazine El Aviso Magazine El Aviso Magazine