“Sabelotodo” era el apodo con el cual todos los habitantes del bosque conocían a don Tortuga. Quienquiera tuviese algún problema o duda, sólo tenía que tomarse la molestia de acudir a las casitas de “Sabelotodo” para ver resuelto su caso.
A decir verdad, el señor Tortuga se pasaba las horas muertas consultando libros y enciclopedias. Se interesaba por todos los temas habidos y por haber. ¡Curiosidad insaciable la suya!
–Dispense, don Tortuga, pero ando empeñado en saber dónde se encuentra la isla de Ceilán y…. – Se excusa apenada doña Zorra.
-…y no da con la respuesta, ¿verdad? Bueno, no se preocupe que en seguida se lo explico, querida amiga -contesta don Tortuga, con su acostumbrada amabilidad-. Veamos. La isla de Ceilán se halla situada en el Océano Indico, al sur de la Península Indostánica o actual India. ¿Aclarada su pregunta?
– ¡Oh, gracias, gracias, “Sabelo…”, Digo…don Tortuga!-responde, azorada, doña Zorra.
“Sabelotodo” sonríe comprensivo. Conoce, ¡cómo no!, El apodo que le han puesto sus vecinos y se siente molesto, pues adivina el sentimiento de admiración que tras él se esconde.
Pasan los años y el conocimiento de don Tor-tuga se hace inmenso, tanto, que empieza a volverse exigente y criticón con sus vecinos.
Poseído de la manía de la perfección, hace insoportable la vida de los demás.
Con el tiempo, de personaje brillante y admirado, pasa a convertirse en un ser amargado e insatisfecho que, además, recibe la antipatía de quienes le rodean.
Moraleja: Amiguito: los conocimientos te dan sabiduría, pero la modestia te da satisfacción y alegría!!
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