¿Habrá quien pueda confundir el éxito con el fracaso?
Aunque cueste creerlo, hay mucha gente a la que le preocupa más aparentar que son exitosas, que serlo de verdad. Se visten elegantes, se cuelgan las alhajas, (que habrán escogido por su apariencia de caras, aunque no lo sean), ensayan una sonrisa y se van por esos caminos de Dios, tratando de engañar a los demás y tratando de engañarse a sí mismos. En el camino se van a encontrar con otras gentes que no se preocupan mucho de haber fracasado, con tal que puedan ocultarlo… y se visten elegantes, se cuelgan las alhajas, (que se habrán escogido por su apariencia de caras, aunque no lo sean), ensayan una sonrisa y se van por esos caminos de dios… tratando de engañar a los demás y tratando de engañarse a sí mismos.
Y tú que vas por la calle, te encuentras con los unos y los otros, meneas la cabeza, sientes un poco de lástima y pasas de lado, oyendo apenas las mentiras que se cuentan entre sí… sabiendo perfectamente que no están creyendo ni lo que les entra por las orejas ni lo que les sale por la boca.
Pobres gentes, aquellas que piensan que no pueden disfrutar de un éxito si no se lo reconocen los demás… y pobres de aquellas gentes a quienes atormenta más el “qué dirán” que el haber fracasado.
Puedes creer que se necesitaría muy buen olfato y muy buen ojo para distinguir entre el que está presumiendo el “éxito” y el que está ocultando el “fracaso”, pero fácilmente se puede distinguir el que va por el camino del éxito y el que va rumbo al fracaso.
El que tenga una sonrisa sincera y una chispa en los ojos, a ese le puedes creer que ha triunfado o está en el camino al éxito, aunque su apariencia exterior no lo manifieste, porque una sonrisa sincera es “la nata” de la alegría, de la felicidad. Podrá pasar por momentos serios y hasta mostrar tristeza, pero el común denominador de su apariencia será, sonrisa, paz, alegría. Mientras que el que tiene tristeza en los ojos y un rictus de amargura en los labios, así vaya mostrando sus riquezas exteriores, puedes estar seguro que no ha encontrado el verdadero éxito… No te engañes con sus carcajadas sonoras y sus gritos, que más se pueden interpretar como lamentos, ni con sus sonrisas fingidas; el común denominador de su apariencia va a ser tristeza, intranquilidad, amargura.
Ya te habrás dado cuenta que aquí te estoy hablando del verdadero éxito en la vida… y estarás esperando que te diga de una vez en qué consiste… pero ¿no estás viendo que estoy batallando para dar con bola? Dame una semana más. Al fin que sobre este tema hay mucho de qué hablar.
Baste decirte que no hay receta rápida ni fácil para lograr el éxito, pero no es imposible, y es más: está al alcance de todos. Lo primero que debes hacer es definir claramente lo que entiendes por ese éxito que quieres alcanzar, teniendo en cuenta que una receta rápida para el éxito es una receta para el fracaso. Y que querer engañar y engañarte no es necesidad, es necedad.
Quiero que tengas muy claro que por el camino de la mentira nunca, óyelo bien, nunca lograrás el éxito verdadero, ese que te puede dar alegría y felicidad…
El camino de la mentira, la apariencia y el engaño tarde o temprano, te llevará a un callejón sin salida, así sea en los negocios, en las relaciones, en la vida; de manera que si éxito es lo que buscas, no te metas por ese camino.
Por lo general consideramos que alguien alcanza el éxito cuando tiene ‘mucho’ dinero y se da, o puede darse, una vida de lujos y puede satisfacer todos sus gustos; pero más bien podría creerse que el éxito se alcanza cuando la persona está satisfecha de sí misma, contenta con lo que ha hecho de su vida, entonces estará en paz consigo mism@ y con todos los demás y podrá ser verdaderamente feliz… Habrá alcanzado el ÉXITO… Salud y saludos
Comparte
Siguenos en Redes Sociales
El Aviso Magazine El Aviso Magazine El Aviso Magazine