“Ya no soporto más, mi pareja, con tal de tener relaciones sexuales a toda hora, en cualquier momento y donde se le ocurre, y sobre todo ‘para durar más’, constantemente está tomando Viagra sin medida, yo le digo que pare de tomar las pastillas, que deje que su cuerpo reaccione normalmente porque es joven, pero su obsesión por durar más tiempo con una erección lo ha llevado a exagerar el uso de la ‘pastillita azul’. Ignoro qué se le puede pasar o qué puedo hacer para que deje de tomarlas”.
Me dijo una paciente que solicitaba ayuda, pero no para ella, sino más bien para su esposo.
Y como él, hay algunos (varios) hombres, que sin consultar antes con un médico, abusan de la famosa ‘pastillita azul’. Estamos de acuerdo que a cierta edad el hombre ocupa de alguna ayuda para lograr una erección y poder tener una relación sexual satisfactoria con su pareja, pero para jóvenes que no la necesitan y lo hacen por placer puede ser muy grave, pues no saben las consecuencias que puedan tener físicamente.
Al respecto les puedo decir que está científicamente comprobado que el sildenafil (Viagra es su nombre comercial) ayuda a generar y sostener erecciones, pero estos estudios se hicieron siempre sólo entre aquellos hombres que padecían de cierta impotencia, por lo que, según los especialistas, nunca se comprobó que también sea efectivo en aquellos que no sufran de disfunción eréctil (DE).
Aún así, varios de los hombres que lo han probado sin aparentemente necesitarlo, no dudan en afirmar que este medicamento les dio grandes beneficios, ya que su rigidez y erección fueron mucho mejores de lo habitual y pudieron necesitar de menores tiempos de reposición entre una eyaculación y la siguiente erección. Según afirman algunas de estas personas, es posible que en un principio se experimente cierto dolor de cabeza y se ruborice la cara, pero luego les fue muy útil para mejorar su rendimiento sexual, siempre y cuando, -afirman- exista también algún estímulo sexual.
De todas formas, casi ningún profesional cree que sea cierto en un 100% todos estos testimonios de hombres sanos que probaron el medicamento sin prescripción médica. En efecto, los profesionales creen que mucho de lo que hay detrás de estos relatos, es una búsqueda por contar a sus amigos hazañas de un tipo ‘deportivo-sexual.
También afirman que no existen estudios que, por ejemplo, demuestren que el sildenafil acorta los ‘períodos refractarios’ (tiempo que pasa entre una y otra erección), algo de lo que se jacta la mayoría de los hombres que tomaron la droga sin receta. En los hombres de entre 30 y 45 años, se sabe que el ‘período refractario’ es de entre 30 y 120 minutos. Algunos van más allá y afirman que, químicamente, se comprobó que si el paciente no sufre de disfunción eréctil el medicamento no surte efecto. Por eso, señalan, los beneficios que muchos afirman haber tenido, que muy posiblemente hayan tenido relación con algún problema previo, físico o psicológico, que se negaban a reconocer.
En este sentido, algunos especialistas afirman que lo que esta droga sí podría producir, es un efecto ‘placebo’, es decir, dar tranquilidad a quienes la usan, hacerlos sentir menos ansiosos, y, gracias a esa tranquilidad y seguridad, posibilitar un rendimiento de mayor tiempo y calidad en sus relaciones sexuales.
Esta pastilla es recomendable para muchos hombres, pero para no correr riesgos de algún desequilibrio físico, producido al tomarla y más al hacerlo sin control. Deben de consultar siempre a un médico para saber si la persona que la quiere es candidato a tomarla y estar seguro y consciente de no correr algún riesgo físico o mental.
Espero que esta nota ayude, tanto a hombres (como a mujeres respecto a su pareja) a tomar conciencia y dejar de tomar la ‘pastillita azul’ sólo por machismo y mejor consultar a un profesional antes que sea tarde para la salud.
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