Qué pasooó razaaa!, cómo han esta’o y cómo se les ha ido este laaargo… tiempo sin mí… güeno, sin ler mis tarugadas; porque sí me extrañaron, ¿verda’?
Pero antes de seguir con este rollo, quiero platicarles que no andaba de parranda, ni estaba en el bote, sino que me dio la chiripiorca y de repente ya no podía mover ni la mano, ni la pata derecha, así que tuve que pasar dos semanas en el siete letras (hospital, pues), luego en recuperación, pero ya estoy de vuelta… no al cien, pero aquí toi.
Pero antes de seguir, quiero agradecer a mis leitores y amigos que preguntaron por mí, al patrón que me aguantó, a todos y cada uno de mis compañeros que me alivianaron con la chamba, y en particular a la Mary, a la Yessi, al Carlos y a mi carnal Mario, que me cuidaron, que han estado conmigo y EN SU MOMENTO hasta de tragar me dieron… A todos ustedes GRACIAS!, EN VERDAD MUCHAS, MUCHAS GRACIAS!!!
Y güeno, después de tanto cebollazo, aí les va un rapidín chistoretito (le llamo así porque ‘ta rete chiquito, y sin albur, ehhh)
Este se llama: ‘Los tres amigos’, ai les va…
Resulta que tres amigos que hace mucho que no se ven, se encuentran en un bar, y se ponen a charlar..:
aLes cuento -dice Pedro- que yo tengo 4 hijos varones.
d Pos si tienes uno más, -comenta Juan- ya tendrás un equipo completo de basketbol.
d Y sigue diciendo orgulloso Juan, en cambio yo, tengo 7 hijos varones.
a A lo que Pedro le dice: Pues si tuvieras 2 mas, podrías formar un equipo de beisbol.
v El tercer amigo -creo que se llama Luis- dice: Pues yo tengo 16 chicas, 17 con mi mujer.
d a Y le contestan: Pues sólo te falta una… para formar un campo de golf!
¿¿¿…???… no le entendí !!!,,, je, je, hazte güey
Y cambiando de rollo, les cuento que hasta hace unos meses, yo me sentía bien __ingón.. güeno, eso me sigo sintiendo, aunque más bien pensaba que a mí nunca me iba a pasar nada, casi, casi un invencible, un inmortal, pero Dios o la vida o como quiera que haya sido, lo cierto es que después de unos días de tener fuertes dolores de cabeza y de cuello… Un buen día amanecí que casi no podía mover la pierna derecha; al día siguiente batallaba para mover, ahora además de la pata, el brazo de ese lado… y esa tarde, zaas!! que me da un derrame cerebral !!! (aquí creo que le dicen stroke).
Total y pa’ no hacerles el cuento más largo, terminé en el hospital donde estuve doce días internado. Y en ese tiempo, viví varias cosas y aprendí
___(a la de agüeee_o) otras tantas, que ahora les voy a platicar.
Mientras estuve en el hospital, aprendí -algo que tal vez muchos de uds. ya saben- que los doctores en 2 o 3 minutos te diagnostican, y que son las enfermeras/os las que te curan y te cuidan. Ahora entiendo por qué hay trabajos que cobran por lo que saben (o el título que tienen) y son retebien pagados, mientras que otros, cobran por lo que hacen (que es menos, aunque sepan mucho, pero no tienen título)… También entendí lo que es ‘revolcarse en su k-k’ (válgame la expresión), porque qué gacho es no poder valerse por sí mismo, ni para hacer sus necesidades corporales, es, es, HOORRIBLE!!!
También aprendí lo que son los sonidos del silencio, y es que de noche, como hay poco ruido, se oyen más fuerte los lamentos, los quejidos, los dolores y es porque las enfermedades se sienten mas fuerte en las noches, y viví en carne propia los gritos de gente cercana a donde yo estaba que padecía terribles dolores…. un vecino a mi pabellón pedía, imploraba -creo que a sus familiares-, entre sollozos que ya lo ‘‘dejaran ir’’.
Aprendí que a veces al estar internado en un hospital, lo deprime más a uno, lo que ves y oyes, que tu enfermedad misma… Afortunadamente solo duré tres días ahí. Al cuarto día, me cambiaron de cuarto -válgame la redundancia-, y ya la cosa jue diferente.
Y más cosas que viví y aprendí, pero como ya no hay espacio, quiero recomendar a mis cuatro o cinco leitores -si es que todavía me quedan- que cuando sientan que algo anda mal en su organismo, no le hagan al vivo ni se sientan muy machotes, sino que se atiendan y vayan al doctor, porque hay enfermedades que pasan de largo, pero hay otras que lo llevan a uno a ser comida de gusanos… y ya no lo gozan los humanos.
Y ya pa’ acabar este rollo, les cuento que después de cuatro meses de recuperación, ya me tienen aquí, no al cien, pero mejorcillo y aunque por ‘orita no les pueda cumplir lo que prometo en los chistoretes, mientras me lo aguanten, se los seguiré echando!!!…
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