En cada concierto, Vicente Fernández entusiasmaba al público: “Mientras ustedes aplaudan, yo sigo cantando”, le decía a su público. Y la gente le tomaba la palabra y palmeaban hasta prolongar el espectáculo por tres o cuatro horas.
Esa era una de las marcas registradas de Don “Chente”, como también se le conocía en México, además de El Charro de Huentitán.
Con su muerte, a los 81 años, termina toda una época de los grandes intérpretes de la música ranchera mexicana, un período que inició con Tito Guízar en los años 30’s, Pedro Infante en la década posterior y siguió con Jorge Negrete, Javier Solís y José Alfredo Jiménez.
Vicente Fernández era el heredero de esta saga, y una de las voces más reconocidas de Hispanoamérica.
El cantante se encontraba hospitalizado después de una recaída del accidente que tuvo el pasado mes de agosto.
En sus 50 años de carrera vendió más de 65 millones de discos, filmó 25 películas y ganó ocho premios Grammy Latino, entre otros logros
También fue merecedor de una estrella en el Paseo de La Fama de Hollywood, ubicada en el 6160 del Bulevar Hollywood, en Los Ángeles, CA.
Hasta ahora no existe un artista de ese género musical que ocupe su puesto.
Chente era dueño de un peculiar estilo de entonar las canciones rancheras, la música más característica de México.
Vicente Fernández Gómez nació el 17 de febrero de 1940 en Huentitán El Alto, un barrio al norte de Guadalajara, Jalisco.
Cuando terminó la educación primaria, Chente empezó a ordeñar vacas, porque no quiso seguir estudiando.
A mediados de los 60’s Fernández emigró a Ciudad de México donde cantaba en restaurantes, centros nocturnos y fiestas particulares.
El cantante tuvo cuatro hijos: tres varones y una mujer.
El charro de Huentitán enfrentó un cáncer de próstata, que superó gracias a la detección temprana del problema, y en el 2012 le encontraron un tumor en el hígado que resultó benigno… Fue entonces que anunció su retiro, e inició una gira internacional para despedirse de su público, con conciertos de despedida en muchas ciudades de México, Estados Unidos y Sudamérica.
En una de sus últimas entrevistas le preguntaron a Vicente dónde le habría gustado morir. Y respondió en su estilo: “Donde Dios quiera recogerme, nada más que me dé chance de arrepentirme”.
Hoy queremos rendirle un homenaje a este gran cantante, por tantos logros y por dejar en alto el nombre de México.
¡Descanse en paz, Vicente Fernández! Alberto Nájar/BBC
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