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Aviones pequeños y anticuados, olor a goma quemada, asientos estrechos, comida basura o inexistente… ¿Cree que ya lo había visto todo viajando en clase económica? La revista ‘Wired’ asegura que no.
Algunas líneas aéreas, desesperadas por aumentar el margen de beneficios, intentan meter en sus aviones el máximo número de pasajeros posible…
Ha habido experimentos de todo tipo: desde reducir el espacio para las piernas y los hombros o configurar filas de 11 asientos seguidos hasta ofrecer a los pasajeros volar de pie. Pero la compañía Zodiac Seats, un proveedor de asientos para la industria aeronáutica, ha superado todas las propuestas para convertir los aviones en latas de sardinas, destaca ‘Wired‘.
La empresa acaba de patentar una nueva distribución hexagonal de los asientos que permite aprovechar al máximo el espacio del fuselaje haciendo que algunos pasajeros se sienten mirando al frente y otros mirando hacia atrás. Desde el punto de vista de la compañía, esto “incrementará la densidad de la cabina, creando, además, más espacio para los hombros y los brazos”.
Sin embargo, según ‘Wired’, la idea es “una pesadilla”. Este hipotético espacio adicional no compensa la pérdida de los mínimos de privacidad que los pasajeros necesitan durante el vuelo, argumenta. La revista opina que el ‘diseño’ de Zodiac Seats únicamente es aceptable para viajes en familia o con los amigos.
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