YA NO AMO A MI ESPOSO ¿ES HORA DE UN DIVORCIO?

Estoy debatiendo si pedirle el divorcio a mi esposo. No me ha engañado, de eso estoy segura, ni yo lo he engañado. Veintidós años después de nuestro matrimonio, ya no siento ninguna chispa por él. Es un buen hombre y un buen padre, pero no me atrae en absoluto. Nuestros intereses son bastante divergentes, apenas hablamos de otra cosa que no sean cosas importantes (facturas, vacaciones, mandados, etc.), hace años que no me habla y no creo que le responda si viniera a mí hoy. Y no es que esté experimentando algún tipo de disfunción sexual; Todavía albergo anhelos profundos y veo hombres todo el tiempo que me atraen de esa manera.

Amo a mi marido, siempre lo he hecho, pero no creo que esté enamorada de él. En realidad, estoy segura de que no lo estoy. Sé que lo tenemos mejor que algunas parejas de toda la vida: nos llevamos bien, en realidad no peleamos mucho, hemos criado a niños maravillosos que nos tratan con respeto y estamos en buena forma financiera.

Tal vez debería ser feliz con lo que tengo… pero parece que no puedo escapar de este sentimiento de que hay algo más que esto, y estoy viendo el tiempo deslizándose. ¿Qué podría hacer?

¿divorciarme o no?

Son algunos de los tantos casos de pareja que se escuchan en los consultorios.

Si este es tu caso he aquí una respuesta:

Lo que te escucho decir es que si bien amas a tu esposo, tienes una relación generalmente positiva y eres sociable, sientes que falta algo en tu relación, algo de lo que no quieres prescindir por el resto de tu vida. Me pregunto si él siente lo mismo.

¿Cómo sería abrir un diálogo que celebre el tiempo que han pasado juntos y abrir una discusión sobre lo que cada uno quiere para los años que le quedan?

Acaso le has preguntado a tu esposo?

No le has dado a él, ni a ti, la oportunidad de ver si su relación puede cambiar. Eso parece injusto y no honra la relación que han compartido durante tantos años. Puede ser que él también se sienta insatisfecho y no sepa qué hacer al respecto. No pueden saber a menos que comiencen a comunicarse entre sí.

Hay parejas que trabajan juntas para reavivar la “chispa” que se ha desvanecido. Hay algunos que permanecen casados, pero cambian las expectativas de su relación para que cada uno pueda satisfacer sus necesidades. Hay otros que deciden que la separación o el divorcio es la mejor opción para ellos. Descubrir qué camino es para ti debería ser, como mínimo, una conversación en lugar de una decisión unilateral.

Estas conversaciones pueden ser desafiantes, a menudo porque tenemos miedo de lastimar a quienes nos importan. Imagina, sin embargo, la profundidad del dolor cuando uno se ve sorprendido por una solicitud de divorcio sin indicios de que la pareja no está contenta. Ambos se merecen algo mejor que eso, al igual que su relación.

¿Puedes salvar tu matrimonio?

Los matrimonios son un trabajo duro y, a veces, el esfuerzo produce un cambio muy necesario. Muchos problemas que parecen abrumadores pueden resolverse con buena comunicación y cooperación.

Si bien muchos matrimonios en problemas se pueden salvar, algunos cónyuges deciden que es mejor terminar el matrimonio en lugar de pelear una batalla más. Algunos problemas pueden ser demasiado difíciles de solucionar, incluso pueden ser motivo de ruptura. Depende de cada pareja que lucha tomar esta decisión por sí mismos.

Te animo a obtener el apoyo que sientes que necesitas para abordar estos temas con tu esposo. Es posible que se sienta herido al saber que no estás satisfecha con tu relación, pero también puede sentirse aliviado de finalmente hablar de ello. Si dudas en abrir un diálogo por tu cuenta, puedes trabajar con un consejero de parejas para explorar estos temas. El divorcio es un gran paso a tomar, con ramificaciones logísticas, emocionales y financieras, pero si ustedes dos son abiertos el uno con el otro, exploran opciones juntos y, en última instancia, toman esa decisión juntos, las posibilidades de conservar el espíritu positivo de tu relación son significativamente mayores.