Cual anciano llegando al final de su existencia, así el 2018, está a punto de cumplir su ciclo en esta vida… Pero no hay que ponerse tristes, porque al igual que un niño recién nacido, como esta preciosa nena de nombre Alondra, así el 2019 está por llegar y con él nos llega el renacer de esperanzas, sueños, ilusiones, proyectos a realizar, y también retos ante situaciones difíciles ya sean económicas o de otro orden y, seguramente también nos traerá muchas sorpresas; por eso no debemos empezar el año como si fuera cualquier cosa, porque un año de vida es un regalo demasiado grande para desaprovechar.
¿Alguna vez has sentido en lo más hondo de tu ser ese deseo enorme y profundo de mejorar o de cambiar?… Si es así, no dejes que el deseo se escape, porque no todos los días lo sentirás. Si al iniciar el año sientes esa llamada a querer ser otro, a ser distinto, atrápala con fuerza y hazla realidad.
El inicio de un nuevo año es una oportunidad más para convertir la vida, el hogar o el trabajo en algo distinto. “Quiero algo diferente, voy a comenzar bien, así será más fácil seguir bien y terminar bien. Quizá el año pasado no fue mi mejor año, me dejó un mal sabor de boca; éste va a ser distinto, quiero que así sea, es un deseo, es un propósito, y no lo voy a echar a perder. Tengo otra oportunidad que no voy a desperdiciar, porque la vida es demasiado breve”.
En los ratos más negros y amargos, llenos de culpa, piensas: ¿Por qué no acabar con todo? Pero en esos mismos momentos se puede pensar otra cosa: ¿Por qué no comenzar de nuevo?.
Un año recién salido de las manos del autor de la vida, es un año que aún no estrenas. ¿Qué vas a hacer con él?, ¿El año pasado no te gustó?, ¿No diste la medida?, ¿Con éste qué vas a hacer?
Todos desean a los demás y a sí mismos un buen año, pero no basta desearlo, hay que luchar por obtenerlo.
Comienza un nuevo año y con él un mundo de oportunidades se abre ante nosotros. El momento es propicio para reflexionar internamente sobre experiencias pasadas, situaciones presentes y el porvenir. Para aprender del pasado, disfrutar el presente y construir un futuro mejor.
Si nos detenemos por un momento y hacemos una pausa para mirar hacia atrás, podremos darnos cuenta que nos encontramos exactamente donde nos han traído nuestras acciones pasadas. El ser humano construye su futuro día a día mediante sus pensamientos, palabras, acciones, y éstas a su vez van moldeando el presente.
Siempre podemos escoger entre vivir el mundo tal cual lo conocemos o cambiarlo en el que deseamos, la decisión al final es de cada uno, según decida ejercitar su libre albedrío.
Que este nuevo año nos brinde paz, amor, salud, armonía, unión, felicidad y prosperidad…!
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