El término de un año implica un tiempo de reflexión para algunas personas que se detienen un momento en sus vidas para hacer un recuento de los aciertos y errores que cometieron y en algunas ocasiones
El término de un año implica un tiempo de reflexión para algunas personas que se detienen un momento en sus vidas para hacer un recuento de los aciertos y errores que cometieron y en algunas ocasiones para demostrar su gratitud o pedir perdón. Sin embargo, para otras es sinónimo de vacaciones o simplemente una ocasión más para dar rienda suelta a los excesos y celebraciones en las que nunca falta alcohol, comida y unos buenos pasos de baile.
Las fechas son muy importantes para el ser humano culturalmente hablando y, el acto de que la Tierra complete su ciclo alrededor del Sol tiene mucha fuerza. Esto es señal de que nuestro planeta está iniciando un nuevo ciclo y nosotros debemos iniciarlo con él también.
Por costumbre muchos de nosotros nos desbordamos en festejos, reuniones con la familia o con los amigos, pero pocos nos detenemos a la reflexión, y menos aún a hacer un replanteamiento de nuestras vidas y aunque sea por un momento, pero deberíamos así enfocar al año que está terminando y los propósitos del año que está por venir.
Espiritualidad y Alegría
El hecho de no desbordarse en excesos no quiere decir que usted pase un Año Nuevo de manera aburrida. La alegría es algo que ha caracterizado estas fechas desde hace muchos años y debe estar presente siempre, pero también hay que vivir ese día con un espíritu de más unidad, reconocer que como humanos y cristianos que somos tenemos días más sensibles y especiales, por eso, le recomendamos que para un buen fin de año, se reúna con la familia antes de que todo mundo se disperse en otras actividades y hagan lo que en la Iglesia se llama un “Te Deum” (Acción de Gracias), en la cual todos los miembros de la familia pidan perdón por las ofensas cometidas en el año.
Expresar en familia qué fue lo más significativo que se vivió durante el año. Decir un propósito nuevo para ser mejor y terminar con un abrazo de paz. Hacer un análisis de la vida propia y la familiar. Resarcir nuestros errores. Eliminar lo que sea perjudicial en la medida en que sea posible, son algunas de las cosas positivas con las que puede empezar el año.
¿Usted ya tiene sus propósitos?
Mientras cada segundo el 2006 se hace más viejo, la alfombra roja para caminar sobre el 2007 se desenrolla para iniciar una nueva etapa. Pero, si sólo se cambia de mes, como si fuera de junio a julio, ¿dónde está lo mágico del borrón y cuenta nueva que inicia cada primero de enero? Un cambio de año tiene más aspectos positivos que negativos, siempre y cuando las reflexiones tengan que ver con las necesidades emocionales de las personas. Sin embargo, los cambios y las reflexiones pueden realizarse en cualquier fecha, no necesariamente el 1 de enero. “Si ya sé que está mal, ¿por qué no lo cambio? ¿Tengo que esperar hasta el año nuevo para hacerlo?
El posponer los cambios y las buenas intenciones para un día específico al año -para el lunes o para principio de mes- y abusar de comidas, relaciones y despilfarros con la excusa de que el Año Nuevo será diferente, le pone un sabor amargo al balance del año que se va y pone al pie de la cuesta de enero emocional a las personas. Cuando con propósitos externos, como vernos mejor, adelgazar o dejar de fumar, estamos ocultando cómo nos sentimos, una vez que pasa la euforia es cuando viene la depresión, por eso hay que plantearnos propósitos a nivel de nuestras necesidades emocionales, ¿qué necesito, qué quiero, estoy contento con lo que tengo, me gusta dónde estoy?
Estar parados en la orilla del 2006, o de cualquier otro año, provoca en las personas un ánimo de reflexión, de cambio y de buenos deseos. ¿Pero por qué sólo en la Navidad o en Año Nuevo le deseas bien a alguien, le das un abrazo o lo buscas para felicitarlo?, ¿por qué no hacerlo el resto del año?” El borrón y cuenta nueva de Enero permite a muchos revitalizarse para seguir cargando con un costal lleno de buenos deseos, actitudes y situaciones por las que hay que luchar para transformar. El hecho que algo sea nuevo, es como una oportunidad de volver a comenzar y bien, porque te das cuenta de errores y cosas que no has hecho, eso es para celebrarse.
Así, lo dulce o amargo del Nuevo Año dependerán sólo de usted, así como también dependerá de usted sacarle todo el provecho que pueda a este Nuevo Año 2007. Sus amigos de El Aviso- Magazine le deseamos Felicidades!!!!
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