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Abuso en la Infancia, podría dejar huellas imborrables

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Las experiencias vividas en la infancia suelen, por lo general, tener secuelas en la persona, sobre todo cuando tales experiencias fueron negativas. Por ejemplo: se sabe que en los niños víctimas…

 Las experiencias vividas en la infancia suelen, por lo general, tener secuelas en la persona, sobre todo cuando tales experiencias fueron negativas. Por ejemplo: se sabe que en los niños víctimas de abuso, el proceso de recuperación es mucho más largo y complicado –algo que afectará su desarrollo por el resto de su vida. 

 Esta hipótesis fue confirmada por un nuevo estudio en el que se analizó a un grupo de hombres adultos que habían sido abusados cuando niños, según lo reportaron científicos a cargo de la investigación. Los resultados arrojaron que un gen involucrado en el control del estrés es afectado décadas después de ocurrido el abuso infantil.

 Por otro lado, algunos estudios con roedores revelaron que la negligencia materna altera un sistema en el cerebro que secreta hormonas específicas en respuesta al estrés. En los animales abusados, la región reguladora no hace bien su trabajo, causando que los animales sufran de altos niveles de estrés crónico.

 El neurocientífico Michael Meney y su equipo de la Universidad de McGill en Montreal, Canadá, identificaron el mismo fenómeno en el cerebro humano al comparar 12 cerebros post-mortem de hombres suicidas que habían sido abusados de niños, con otros dos grupos: hombres que habían cometido suicidio y que no habían sido abusados y hombres que habían muerto por causas naturales y tampoco habían sido víctimas de abuso.

 Los investigadores extrajeron ADN del hipocampo, un área del cerebro donde el gen está activo, y encontraron que las víctimas de abuso mostraban los mismos cambios que las ratas: cambios en el gen que los convertían en menos capaces de modificar su respuesta ante el estrés –fenómeno que no se observó en los otros dos grupos.

 Meney dijo que “los individuos que han sufrido de abuso son menos saludables cuando son adultos”, ya que la evidencia demuestra que no sólo sufren de mayores índices de enfermedades mentales, sino también de obesidad, enfermedades del corazón y desordenes auto-inmunológicos.

 En la actualidad, alrededor de 3 millones de niños en Estados Unidos son víctimas de abuso y negligencia cada año, aunque, según la organización ChildHelp, los casos no reportados podrían ser tres veces mayores a esta cifra. Además, se calcula que al menos la tercera parte de estos niños abusará de sus propios hijos, perpetuando el terrible ciclo de abuso infantil.

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