Fuente: Noticias Telemundo
Troy, la ciudad que lo vio nacer, le dijo adiós este sábado, en el primero de los eventos de conmemoración en su honor que continuarán durante seis días en cinco ciudades.
Troy, la ciudad que vio nacer al ícono de los derechos civiles y excongresista demócrata de Georgia John Lewis, lo despidió este sábado.
Lewis murió el 17 de julio a los 80 años. El año pasado anunció que le habían diagnosticado cáncer de páncreas avanzado.
El homenaje matutino se celebró en la Universidad de Troy, en el condado rural de Pike, Alabama, donde Lewis solía recordar al rector que le negó la admisión en 1957 por ser negro, y donde décadas más tarde se le concedió un doctorado honorífico.
Los homenajes continuarán durante seis días en cinco ciudades.
Sus hermanos y hermanas recordaron a Robert –así llamaban a Lewis en casa– como un niño que predicaba y el cantaba canciones de gospel a los animales de la granja.
El congresista Lewis ha “vuelto a casa”, dijo el alcalde de Troy, Jason Reeves, al comienzo del servicio.
El alcalde recordó al hombre que se levantó para convertirse en la “conciencia del Congreso” como alguien con “valor de otro mundo”.
Su cuerpo fue llevado el sábado por la mañana desde una funeraria de Atlanta a su ciudad natal para el servicio en la universidad al que asistieron cuatro de sus hermanos y donde actuó la cantante de gospel Dottie Peoples.
“Su fe en Dios lo hizo extraordinario”, recordó su hermana Rosa Mae Tyner. “Vivía con un deseo interminable de ayudar a los demás. A menudo nos decía, ‘Si ves algo malo, haz algo’. Sus acciones nos mostraron justamente eso. En una época en la que ir a la cárcel era visto como un problema, nos recordó que era un buen problema. Problemas necesarios“.
El sobrino nieto de Lewis, Jackson Lewis, lo recordó como un “héroe”.
“Recuerdo el día que John se fue de casa. Mamá le dijo que no se metiera en problemas, que no se interpusiera… pero todos sabemos que John se metió en problemas, se interpuso pero fue un buen problema”, aseguró su hermano Samuel Lewis.
“Y los problemas en los que se metió cambiarían el mundo”, añadió.
Su hermano Henry Grant Lewis dijo que el día que Lewis juró su cargo en el Congreso se intercambiaron los pulgares. Más tarde le preguntó a Lewis qué pensaba cuando lo hicieron.
“Estaba pensando que esto está muy lejos de los campos de algodón de Alabama”, recordó Henry Grant Lewis sobre la respuesta de su hermano.
El homenaje de este sábado se tituló “El chico de Troy”, el apodo que el reverendo Martin Luther King Jr. le dio a Lewis en su primera reunión en 1958 en Montgomery.
El hombre que instó a los activistas a meterse en “buenos problemas” permanecerá en reposo en la universidad hasta el sábado por la noche en la Iglesia Metodista Episcopal Africana Brown Chapel en Selma, Alabama. La iglesia sirvió como punto de partida para la marcha por el derecho al voto a Montgomery el 7 de marzo de 1965.
El domingo, su ataúd cubierto con una bandera, será llevado por el puente Edmund Pettus en Selma, donde el antiguo “Jinete de la Libertad” estuvo entre los manifestantes a favor de los derechos civiles que fueron golpeados por las tropas estatales en 1965.
El homenaje a su vida y sus logros continuará durante los próximos días en Montgomery, Alabama y Washington, D.C. antes de regresar a Atlanta, donde Lewis será enterrado el jueves.
El ataúd de Lewis estaba en la arena de la universidad. Los asistentes se sentaron separados y llevaban mascarilla.
Lewis fue uno de los 10 niños nacidos en una familia de aparceros afroamericanos. Sus padres ahorraron suficiente dinero para comprar su propia granja donde los hijos trabajaban los campos y cuidaban los animales.
El rebelde de la biblioteca
En su autobiografía, Caminando con el viento, Lewis describió cómo de joven anhelaba ir a la biblioteca pública del condado pero no se le permitía porque era solo para blancos.
“Incluso un niño de 8 años podía ver que había algo terriblemente malo en eso”, escribió Lewis.
Pese a ello, solicitó un carné de biblioteca, sabiendo que sería rechazado, en lo que consideraba su primer acto oficial de resistencia al apartheid racial.
En 1955, escuchó una nueva voz en la radio: King, que lideraba el boicot de los autobuses de Montgomery a unos 80 kilómetros de distancia.
Lewis se convirtió en un líder de los Jinetes de la Libertad, a menudo enfrentándose a multitudes violentas y furiosas, y fue detenido hasta 40 veces.
En 1961, fue golpeado después de llegar a la misma estación de Montgomery a la que había llegado tres años antes para encontrarse con King. En 1965, su cráneo fue fracturado en el puente de Selma en el tumulto que se conoció como Domingo Sangriento.
La biblioteca pública de Troy ahora tiene un cartel afuera en honor a Lewis. Los estudiantes de la universidad a la que no se le permitió asistir ahora estudian su vida y su trabajo.
Tyner dijo que una semana antes de su muerte le preguntó sobre la posibilidad de ver a otro médico.
“Él dijo: ‘No, estoy en paz’. Estoy en paz y estoy listo para irme'”, aseguró.
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