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Alejandro Magno

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Esta semana conoceremos algunas de las Anécdotas y Genialidades de quien es considerado uno de los militares más importantes de la historia antigua, por su conquista del Imperio Aqueménida…

Militar y héroe griego de la Antigüedad, nacido en Pella en el año 356 a.C.  Hijo de Filipo II y de Olimpia, princesa de la Casa Real de Epiro, fue discípulo de Aristóteles. Se casó con una princesa llamada Rojana. Murió, probablemente de malaria, fiebre tifoidea o encefalitis virica, en Babilonia, el en año 323 a.C.

Esta semana conoceremos algunas de las Anécdotas y Genialidades de quien es considerado uno de los militares más importantes de la historia antigua, por su conquista del Imperio Aqueménida… Nos referimos a: Alejandro Magno.
 

Su mayor tesoro

Es sabido que Alejandro no atesoraba nada. En una visita que le hizo un adivino, éste le preguntó dónde guardaba sus tesoros.
– ¿Para qué lo quiere saber?
– Es que de ellos depende mi oráculo.  Alejandro mandó llamar a sus generales, a los que consideraba sus mejores amigos y, señalándolos dijo:
– Esos son mis tesoros.
 

Filosofía – Pacifismo
Alejandro se hallaba contemplando las estrellas y uno de los filósofos que lo acompañaban comentó que muchas de ellas podían ser mundos habitados. Y Alejandro, pensativo, murmuró:
– ¡Cuántos mundos! Y yo no he sido capaz de conquistar y pacificar el nuestro.
  Entonces el filósofo le dijo que el resultado de las conquistas nunca era la paz.
  Y Alejandro le replicó enseguida:
– Y el resultado de la filosofía tampoco, pues los filósofos están siempre discutiendo los unos con los otros. Por fortuna no están armados, si no, se matarían entre ustedes.
 

Su Filosofía de la Conquista
  Todos los días, a primera hora, Alejandro daba órdenes a sus generales y les decía todo lo que tenían que hacer. Por la noche les preguntaba si lo habían realizado o no. En cierta ocasión uno de ellos, llamado Pimérides, había dejado algo sin hacer y, al rendir cuentas, se disculpó diciendo:
– Esto será lo primero que haga mañana.
 A lo que Alejandro le preguntó:
– ¿Sabes cómo he podido conquistar un imperio tan grande en tan poco tiempo?
  Pimérides comenzó a elogiar el valor guerrero de su jefe, pero Alejandro lo atajó diciendo:
– No, no, todo eso se supone. Lo he podido hacer, porque nunca he dejado nada para el día siguiente lo que puedo hacer hoy.
 

Herencia Inigualable
  Se cuenta que cuando Alejandro estaba en su lecho de muerte, siendo aún muy joven (apenas 33 años). Uno de sus generales se acercó a hablarle en nombre de los que creían heredarle.
– Ruego que nos digas, Alejandro, dónde guardas tus tesoros.
– Tienes razón. Se me olvidaba decirlo.
– ¿Dónde?
– En los bolsillos de mis mejores amigos.

Desde pequeño, Alejandro demostró las características más destacadas de su personalidad: activo, enérgico, sensible y ambicioso. Es por eso que, a pesar de tener apenas 16 años, se vio obligado a repeler una insurrección armada.  Alejandro era de hermosa presencia, cutis blanco,  cabello castaño claro y ondulado, ojos heterócromos (uno marrón —el izquierdo— y otro gris, aunque no se sabe si dicha heterocromía fue de nacimiento o como consecuencia de un traumatismo craneal), y tenía el hábito de inclinar ligeramente la cabeza sobre el hombro derecho.

Se cuentan numerosas anécdotas de su niñez, siendo la más referida aquella que narra Plutarco: Filipo II había comprado un gran caballo al que nadie conseguía montar ni domar. Alejandro, aún siendo un niño, se dio cuenta de que el caballo se asustaba de su propia sombra y lo montó dirigiendo su vista hacia arriba, hacia el Sol. Su padre le dijo tras domar a su caballo, Bucéfalo: «Macedonia es demasiado pequeña para ti». En determinada batalla, su caballo pereció y Alejandro fundó, en su memoria, la ciudad de Bucefalia.
 

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