Salir avante de problemas no es sencillo, en especial si no se cuenta con ayuda. Por eso la “Doctora Consejos”, es una sección que espera ser una guía para quienes no encuentran la salida. El caso de hoy es:
Querida Doctora Consejos:
Quiero pedirle que me dé un consejo. Hace ocho años me casé con una mujer muy hermosa. Antes de casarnos le fui infiel. Ya casados, un día le confesé que cuando nos casamos no la quería mucho como ahora la quiero. Ella también me fue infiel con otra persona. Yo nunca la vi, pero ella estaba hablando por teléfono y escuché todo lo que ella le decía, le reclamé y me contestó que yo le fui infiel primero.
Me dijo que nunca hizo nada malo, que sólo era un amigo, pero ahora ya no se qué hacer. Tenemos dos hijos, de 7 y 5 años. Son muy hermosos. Ella me pidió otra oportunidad y se la di porque la amo mucho. No sé si confiar otra vez. Ella dice que me quiere mucho, pero como me fue infiel ya no sé si confiar en ella o no.
Por favor aconséjeme. El Triste.
Querido Triste:
Quiero que reflexiones sobre la naturaleza de la tristeza. Se dice entre psicólogos terapeutas que es la otra cara de una moneda, que en el reverso tiene el enojo. El origen del enojo no puede ser otro más que la ausencia de algo importante o el incumplimiento de algo que se cree debe ser así. Pero quien es infiel no puede pedir fidelidad. ¿Por qué aplicar el rasero de forma distinta cuando se trata de los demás?
Si, como dices, tu esposa es hermosa, si tus hijos son hermosos y si los amas mucho a todos, lo mejor que puedes hacer es quitarte de encima la tristeza, regresarle la confianza a tu esposa y luchar a brazo partido por lo que amas.
Ella tiene razón. Tú le fuiste infiel, después le dijiste que al principio no la querías mucho. Ella te perdonó ambas cosas. Ahora es tiempo que tú le creas cuando te dice que no hizo nada malo y le creas cuando te dice que te quiere mucho y quiere una segunda oportunidad.
Haz a un lado pensamientos negativos. Agradece todos los días a Dios que tienes esa familia tan linda y no dejes que nadie te la arrebate. Según yo veo, tu principal enemigo no es algún rival en amores, sino tú mismo, que con tus celos y tu desconfianza podrías llegar a destruir lo que tanto amas. Cuida a esa mujer y a esos hijos con todo tu amor. Perdonar, sacar el enojo y la tristeza, sacarse de encima la hipocresía, te pueden hacer de una pieza. Todos parejos. Eso los hará fuertes… Te deseo buena suerte.
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