Hoy en día es cada vez más frecuente ver tanto a hombres, como a mujeres que adopten otra forma de amar, algo en donde el compromiso no existe, sino simplemente un mutuo “acuerdo” de que ambas partes
Hoy en día es cada vez más frecuente ver tanto a hombres, como a mujeres que adopten otra forma de amar, algo en donde el compromiso no existe, sino simplemente un mutuo “acuerdo” de que ambas partes están dispuestas a no vincularse emocionalmente, ni tener algo permanente. Esto es muy cómodo y benéfico para ambos. Hacer de cada encuentro sexual, algo diferente, y excitante. Claro está que mientras los dos involucrados estén de acuerdo.
Sin compromiso y libre de problemas Clara tiene 32 años y lleva cuatro en una relación sexual con Andrés, de 28. Nunca se han abrumado mutuamente con problemas personales, ni han discutido sobre dinero ni libertad, ni han exigido compromisos ni exclusividad en la relación. Demasiado ocupada con su carrera y su vida social para considerar nada formal, Clara quería sólo satisfacer sus necesidades sexuales. Y desde el primer día, invitó a Andrés a su apartamento. “Para la medianoche, estaba teniendo el mejor sexo de mi vida”, dice, “Hice las mayores diabluras en la cama, sabiendo que no tenía nada que perder si me ponía en ridículo”. Un “arreglo sexual” en donde por cada cita sean “amigos con derechos”, pero sin compromisos u obligaciones futuras, puede ser cómodo y beneficioso para ambos. Hasta hace pocos años en que las mujeres han dejado de depender económicamente de los hombres, se les ha dejado de estigmatizar socialmente por tener relaciones sexuales sin estar casadas.
Para las mujeres comprometidas con su carrera y su independencia, el arreglo sexual puede ser perfecto. Y lo mismo es para aquellos hombres que “huyen” a la responsabilidad o no quieren un compromiso. Sin resentimientos, celos o vulnerabilidad que pueden obstaculizar las relaciones sexuales convencionales. La socióloga Shirley Prendergast, ha observado en las mujeres un cambio en el orden de prioridades con respecto al matrimonio y las relaciones, y cree que el arreglo sexual puede ser una opción válida en el futuro. “Parece que en el futuro, la mujer considerará con más cuidado la naturaleza y calidad de su unión con los hombres”, adelanta la socióloga. Sin compromisos ni formalidades Laura, de 35, dice que su arreglo sexual con Ricardo, diez años mayor que ella, encaja divinamente dentro de su agitado programa como ejecutiva. “En la oficina llevo la voz cantante, y espero que suceda igual en mi vida personal. Cuando llego de un largo día de trabajo, lo último que quiero hacer es cocinar para un hombre…, prefiero mantenerme en la cama con él”. Y a Ricardo no le ha ido mal tampoco: “Acababa de separarme de una novia de mucho tiempo y no estaba preparado para otra relación. Pero extrañaba el sexo, así que me gustó el hecho de que Laura no estuviera buscado nada formal”.
El éxito de este tipo de relación radica en que las parejas tienen normas de procedimiento establecidas. No hay celos ni posesividad; ellos eligen a propósito un amante con quien la relación fuera de la cama no funcionaría, mantienen a sus amigos eróticos estrictamente al margen del resto de sus vidas; y no los agobian con problemas emocionales. Clara (la del primer caso) no le hace el desayuno a Andrés. Y si Laura cancela un fin de semana con Ricardo, él se cuida de no averiguar por qué: “Ricardo no conoce a mis amigos, y yo no lo envuelvo en mi vida diaria… Sólo quiero que conozca mi lado excitante”.
Para Katy, de 28, la regla más importante es alejarse serenamente cuando alguien más serio entra en escena. Ella tuvo una relación sexual intermitente con Tony durante dos años y medio. “Se interrumpió cuando él se enamoró de alguien, y después de seis meses, está otra vez en el candelero”, dice Katy. Ambos están en espera a que llegue la persona adecuada, porque su arreglo no es cuestión de aceptar ser la segunda o el segundo, sino algo diferente. “No me pongo celosa cuando él sale con otras mujeres porque no lo considero una pareja potencial”, señala Katy.
¿Pero qué pasa cuando uno de los dos empieza a querer algo más?
“Ese es el inconveniente de los arreglos sexuales”, dice la sexóloga Prendergast. “Con frecuencia uno de los dos puede encontrarse con que siente algo más profundo hacia el otro. Y puede resultar muy doloroso si estos sentimientos no son reciprocados”. Es un hecho que no todos estamos preparados para el arreglo sexual, pero también es cierto que hay muchos que lo han hecho funcionar. Así que si lo único que quieres es sexo de vez en cuando, lánzate, pero si lo que buscas es amor y ternura, piénsalo bien. Porque podrías salir lastimado/a!
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