Por ahora, aún hay que programarlos. Pero los robots del futuro serán como niños recién nacidos, capaces de explorar su medio ambiente y aprender por sí mismos todo lo que necesiten. Investigadores de
Por ahora, aún hay que programarlos. Pero los robots del futuro serán como niños recién nacidos, capaces de explorar su medio ambiente y aprender por sí mismos todo lo que necesiten. Investigadores de todo el mundo trabajan ya en los primeros robots con capacidad de aprender por prueba y error, e incluso de tener una conciencia de su propia existencia. A largo plazo, las máquinas podrían ser capaces –¿por qué no?– de tener sentimientos propios.
Muchos robots empiezan a tener la capacidad de aprender. Perfeccionan sus habilidades con el tiempo, y se adaptan a situaciones que sus creadores no habían previsto. Imitando al desarrollo de los niños humanos, estos robots aprenden primero a ver, a conocer su cuerpo y a caminar… Pero ¿a dónde llegarán estos niños metálicos? Al principio, probablemente no muy lejos. El aprendizaje requiere de muchísimo poder de cómputo. Algo tan simple como caminar, por ejemplo, no es sólo cuestión de mover las piernas. También es necesario ver al terreno, interpretar las imágenes que llegan a los ojos, y comprender si uno se encuentra ante un llano, ante una escalera o ante un barranco. El poder computacional necesario para imitar la forma en que nuestro cerebro procesa las imágenes requiere de una gran cantidad de procesadores. El doctor Eduardo Bayro, director de la Asociación Mexicana de Visión Computacional, Computación Neural y Robótica, se especializa en darle a los robots un sentido de la vista, utiliza clusters de entre 16 y 64 computadoras para procesar las imágenes captadas por los “ojos” de los robots que él crea en el Cinvestav Guadalajara.
Toddler es un robot creado por estudiantes del MIT que es capaz de caminar. Lo interesante es que nadie lo programó para hacerlo; el robot aprendió por sí mismo, a base de prueba y error, como mantener el equilibrio. “Este es uno de los primeros robots caminadores en usar un programa de aprendizaje, y es el primero que aprende a caminar sin información previa”, afirmó en un comunicado de prensa Russ Tedrake, del departamento de ciencias del MIT.
Robots que sueñan
Los robots no necesitan dormir. Pero pueden soñar, a pesar de la gran cantidad de computadoras utilizadas, las horas de vigilia no son suficientes para que los robots interpreten toda la información que pasa por sus ojos. Durante la noche, mientras el cuerpo de sus robots está apagado, su cerebro continúa trabajando. En sus “sueños” los robots repasan lo que vivieron en el día, ensayando distintas permutaciones para refinar sus modelos y sus reflejos. “Este cerebro artificial, cuando está trabajando por la noche, está haciendo lo mismo que nosotros”, afirmó Bayro.
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