Su equipo legal cree que el ‘impeachment’ contra el expresidente es inconstitucional porque su discurso está protegido por la Primera Enmienda. Esto es lo que puede ocurrir a partir del martes.
El equipo legal del expresidente Donald Trump presentó este lunes un escrito de la defensa en el que califican de “teatro político” el juicio político al que será sometido desde mañana en Senado por incitar a sus seguidores antes del asalto al Capitolio del pasado 6 de enero.
“Esto es sólo fue un intento egoísta de los líderes demócratas para aprovecharse de los sentimientos de horror y confusión que sufrieron todos los estadounidenses al ver la destrucción en el Capitolio por unos pocos cientos de personas”, indicaron.
Su línea de defensa pasa por asegurar que el procedimiento de impeachment es inconstitucional debido a que Trump ya no es presidente. Además, aseveran que el expresidente no incitó a los asaltantes del Capitolio y que su discurso defendiendo las falsas conspiraciones sobre el fraude electoral está protegido por la Primera Enmienda.
“El intento de la Cámara de Representantes de convertir el discurso de Trump – libertad de expresión fundamental bajo la Primera Enmienda – en un delito impugnable no puede ser apoyado, y condenarlo violaría la misma Constitución que el Senado jura defender”, escribieron los abogados Bruce Castor, David Schoen y Michael van der Veen.
El juicio político al expresidente comenzará formalmente este martes en el Senado.
Es la primera vez en la historia del país que una persona que ha ocupado el cargo de mandatario se enfrenta por segunda vez a un juicio en el Senado, y también la primera vez que se somete a este proceso a alguien que ya dejó la Casa Blanca.
Hace justo un año, el Senado cerró el primer juicio político contra Trump, que esa vez se celebró porque el entonces presidente estaba acusado de abuso de poder por los demócratas, con la absolución del imputado.
¿Cómo va a funcionar esta vez el juicio? ¿Puede haber un final diferente respecto al primero? A continuación podrá encontrar usted algunas respuestas.
Así son las reglas del juego
La Constitución dice que la Cámara de Representantes (actualmente de mayoría demócrata) tiene el poder exclusivo de aprobar el inicio de un juicio político, mientras que el Senado tiene el poder exclusivo de juzgar al acusado.
El imputado, quien puede ser el presidente, el vicepresidente o cualquier funcionario civil de Estados Unidos,será declarado culpable si una mayoría de dos tercios de los senadores presentes vota a favor de ello. En total, en la Cámara Alta hay 100 senadores. En la actualidad, 50 son demócratas, y la otra mitad, republicanos. Pero el voto de la vicepresidenta, Kamala Harris, quien preside este órgano legislativo, puede desempatar las votaciones a favor de los primeros.
La Cámara de Representantes nombra a los llamados impeachment managers como fiscales para que se instalen en el Senado para presentar su caso, frente a los abogados del acusado. En este caso, el cargo que se atribuye a Trump es de “incitación a la insurrección”. El expresidente mantuvo un incendiario discurso público en Washington D.C. poco antes de que decenas de partidarios suyos irrumpieran en el Capitolio de forma violenta. Cinco personas murieron en relación con esos hechos.
Los fiscales y el equipo de defensa de Trump tendrán una cantidad determinada de tiempo para presentar argumentos, y luego los senadores pueden hacer preguntas por escrito antes de la votación final. El presidente del juicio será el senador Patrick Leahy, demócrata por Vermont, quien es el jefe ceremonial del Senado por haber sido el miembro en servicio del partido mayoritario por más tiempo.
Una vez que los senadores lleguen a una votación final sobre el cargo de juicio político —esta vez solo hay uno: incitación a la insurrección—, cada legislador se levantará y emitirá su voto: culpable o inocente.
¿Cuántos republicanos son favorables a condenar a Trump?
En el primer juicio político de Trump, hace un año, solo un senador republicano votó a favor de condenar al entonces presidente. Se trató de Mitt Romney, que representa al estado de Utah y fue el candidato presidencial de ese partido en 2012. Esta vez, si los demócratas votan unánimemente para condenarlo, haría falta que al menos 17 republicanos se sumen a ellos para que Trump resulte condenado.
El listón, entonces, está bien alto. Los republicanos con más posibilidades de convencerse para condenar a Trump, además de Romney, son Ben Sasse por Nebraska, Susan Collins por Maine, Lisa Murkowski por Alaska y Pat Toomey por Pennsylvania. Sasse y Collins acaban de ganar la reelección, Toomey no se postula para ser reelegido en 2022 y Murkowski ha criticado las acciones de Trump.
El líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell por Kentucky, ha dicho que se mantendrá abierto a valorar los argumentos a favor y en contra de una condena. Esto representa un cambio de actitud respecto al primer juicio, cuando el influyente congresista, entonces al frente de la mayoría en la Cámara Alta, había dejado claro que Trump saldría absuelto.
Peroparece muy improbable que un número suficiente de republicanos se convenzan para condenar al exmandatario, debido también a que muchos de ellos temen que se jugarían sus carreras políticas si votan a favor de eso. “A estas alturas, no va a haber una condena”, opinó recientemente el tercer senador republicano más importante, John Barrasso por Wyoming, en la cadena CNN.
¿Qué puede suponer una condena o una absolución para Trump?
El expresidente se juega mucho en esta partida. Si fuera condenado, las consecuencias no serían inmediatas, pero se abrirían las puertas para que el Senado vote para prohibirle que asuma de nuevo un cargo público federal en el futuro. Bastaría con una mayoría simple para aprobar esa decisión.
Además, una sentencia condenatoria también podría despojar a Trump de su salario post-presidencial y otras ventajas de haber cubierto ese cargo.
Pero también una absolución tendría un impacto notable en el futuro del magnate neoyorquino. Esta representaría una victoria para Trump, y demostraría que conserva una influencia considerable sobre el Partido Republicano, a pesar de sus incitaciones a marchar hacia el Capitolio con base en reclamos infundados de que hubo fraudes en las elecciones que perdió en noviembre pasado y de la condena generalizada de muchos colegas republicanos después del 6 de enero.
Aun así, la absolución puede no ser el final de los intentos de hacerlo responsable. Los senadores Tim Kaine, demócrata por Virginia, y Susan Collins, republicana por Maine, presentaron una moción de censura después de que la votación del mes pasado dejara en claro que era poco probable que Trump sea declarado culpable.
Si bien aún no han dicho si presionarán por una votación de censura después del juicio político, Kaine dijo esta semana que “la idea está sobre la mesa y puede convertirse en una idea útil en el futuro”.
Expertos opinan además que una absolución no representaría el fin de los problemas legales que enfrenta Trump tras dejar la Casa Blanca. “El caso más fácil que él va a tener que confrontar es este”, opinó en conversación con Noticias Telemundo Joseph Malouf, abogado constitucionalista. “Casos que pueda confrontar el presidente después de esto, van a ser casos criminales potencialmente”, agregó.
Cuánto puede durar esta vez el juicio y qué argumentos usarán acusación y defensa
Se espera que este juicio político contra Trump sea más rápido que el primero (que terminó unos 20 días después de arrancar en el Senado), pues los demócratas, si bien necesitan tiempo para presentar su caso, también quieren sacar adelante en el Congreso iniciativas urgentes como un nuevo paquete de estímulo económico por la pandemia.
El escrito de los fiscales del juicio político, dirigidos por el representante demócrata por Maryland Jamie Raskin, argumenta que Trump es “individualmente responsable de la violencia y destrucción que se produjeron” en el Capitolio. La acusación buscará asociar el motín con la retórica de Trump que afirma falsamente que hubo fraude electoral.
Los abogados de Trump, David Schoen y Bruce Castor Jr., indicaron que su argumento de partida en defensa del imputado es que este juicio político es “inconstitucional” (nunca se juzgó antes en el Senado a un expresidente). Sobre este punto, los demócratas mantienen que la Constitución permite juzgar a un exmandatario para evitar que el país se encuentre “potencialmente indefenso contra una traición de un presidente en sus últimos días de mandato”.
¿Qué opinan los estadounidenses sobre la conducta de Trump?
Las últimas encuestas reflejan que la opinión pública se inclina por condenar lo que hizo el presidente. Un 56% de los entrevistados en una encuesta difundida por ABC e IPSOS opinó que Trump debería ser sentenciado como culpable y no ocupar de nuevo el cargo de presidente.
Con información de NBC News, AP, Politico, Washington Post y CNN.
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