La comunicación nos sirve para establecer contacto con las personas, para dar o recibir información para expresar o comprender lo que pensamos, para transmitir nuestros sentimientos, compartir algún
La comunicación nos sirve para establecer contacto con las personas, para dar o recibir información para expresar o comprender lo que pensamos, para transmitir nuestros sentimientos, compartir algún pensamiento, idea experiencia o información con alguien. Si es importante el diálogo en las relaciones interpersonales, lo es aún más la comunicación en familia. Sin embargo muchos padres no saben o entienden como desarrollarla adecuadamente con sus hijos, lo que produce a la larga, malos entendidos y problemas en la relación padres/hijos.
Según analiza el psicólogo K. Steede en su libro “Los diez errores más comunes de los padres y cómo evitarlos”, existe una tipología de padres basada en las respuestas que ofrecen a sus hijos y que derivan en las llamadas conversaciones cerradas, aquellas en las que no hay lugar para la expresión de sentimientos o, de haberla, éstos se niegan o infravaloran. A continuación enlistamos algunas de ellas:
Los padres autoritarios: temen perder el control de la situación y utilizan órdenes, gritos o amenazas para obligar al niño a hacer algo. Suelen tomar muy poco en cuenta las necesidades del pequeño.
Los padres que hacen sentir culpa: Interesados (a veces inconscientemente) en que su hijo sepa que ellos son más listos y con más experiencia, estos padres utilizan el lenguaje en negativo, infravalorando las acciones o las actitudes de sus hijos. Comentarios del tipo, “ves, ya te lo decía yo”, o, “eres un desordenado incorregible”. Son frases aparentemente neutras que todos los padres, en su afán de hacer sentir culpable al chico/a han usado más de alguna ocasión.
Los padres que restan importancia a las cosas: Es fácil caer en el hábito de restar importancia a los problemas de los hijos sobre todo cuando se piensa que sus conflictos son poca cosa comparado con los de ustedes como adultos. Comentarios del tipo “¡No te preocupes, seguro que mañana se resuelve tu problema!”, “No será para tanto, seguro que apruebas, llevas preparándote toda la semana”, pretenden tranquilizar inmediatamente a un niño o a un joven en medio de un conflicto. Pero el resultado es que los hijos terminan por sentir un rechazo casi inmediato hacia el adulto que se comporta como poco o nada receptivo a escuchar.
Los padres que dan sermones: la palabra más usada por los padres en situaciones de dar sermón es: “deberías”. Es la típica forma con la que pretenden enseñar al hijo en base a su propia experiencia. Cabe mencionar a veces, en lugar del sermón de papá o mamá, es preferible una palmada en la espalda cargada de complicidad y de afecto, una actitud que demuestre disponibilidad y a la vez respeto por el dolor o sentimiento negativo que siente el otro.
Buena Comunicación = Familia Unida
Por supuesto que no existe un regla básica para mejorar la comunicación en una familia. Cada familia es un mundo distinto con un lenguaje único. Pero lo que si deberían existir como forma para mejorar el dialogo entre padres e hijos, es la voluntad, el interés, y la disponibilidad. Si lo que quiere es una familia unida, la mejor vía, es la comunicación. Y si no sabe como, aquí tiene algunos sugerencias que le ayudarán en esta difícil tarea. •- Observe el tipo de comunicación que lleva a cabo con sus hijos. Dedique unos días para observar, libre de juicios y culpabilidades.
Funciona muy bien conectar una grabadora en momentos habituales de conflicto o de sobrecarga familiar. Es un ejercicio sano pero, es una buena forma de comprender la realidad que muchas veces no se quiere aceptar.
Escuche activa y reflexivamente cada una de las intervenciones de sus hijos. Valore hasta que punto merece prioridad frente a lo que esté realizando; en cualquier caso, su respuesta ha de ser lo suficientemente correcta para no menospreciar la necesidad de su hijo. •- Evite el empleo del mismo tipo de respuestas de forma que su hijo no piense que siempre quiere ser autoritario, que le quiere hacer sentir culpable, o que sienta que le quiere sermonear
Decida cambiar o mejorar hacia una comunicación más abierta, cuando sienta que hay deficiencia en ella. En este caso es aconsejable establecer un tiempo de prueba, en el cual pueda valorar si funciona o no y si debe modificar algo más. La mayoría de padres tienen hábitos de conducta muy arraigados y cambiarlos, requiere esfuerzo, dedicación y sobre todo, mucha pero mucha, paciencia (hasta con usted mismo); pero le aseguramos que si logra tener una buena comunicación con sus hijos… tendrá una Familia Unida!
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